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TÚ LO QUE NECESITAS ES UNA NOVIA

Entre los 15 y 16 años, la mayoría de mis amigos y compañeros de pandilla habían tenido o tenían novia. No es que tuvieran una gran vida sexual más allá de besos y algunas caricias furtivas, pero, por alguna razón que ahora no alcanzo a comprender, la gente que había tenido novia nos parecía más adulta, más experta en los misterios de la vida, incluso más inteligentes y carismáticos.

Lo cierto es que con aquella edad nunca había besado a una chica y, en las ocasiones en las que alguna había mostrado interés por mí, yo ni me había dado cuenta. Esta pobre vida sexual hacía que el Cubano estuviese bastante preocupado por mí, pues creía que si no me sacaba una novia pronto acabaría viviendo una existencia solitaria y muriendo rodeado de montañas de basura, por lo que me daba numerosos consejos. Según él, quien no besaba a una chica antes de los 18 ya no la besaría nunca (luego, en la universidad, añadiría que quien no se hubiese acostado con una chica antes de los 21 tampoco lo haría nunca), así que más me valía hacerle caso en todo lo que me dijera. No obstante, en mi grupo había por aquel entonces pocas chicas, la mayoría con novio, por lo que el Cubano podía haberse dedicado a darme menos consejos y a presentarme más muchachas.

Pero si os soy sincero, la idea de sacarme una novia no me atraía demasiado. En primer lugar, ya os digo, porque no había demasiadas chicas con las que tuviera contacto, y las que había no me llamaban la atención. Además, había visto a numerosos amigos dejar de jugar al rol para salir a pasear con sus novias, lo cual no sería malo si no fuera porque se les veía con tal cara de aburrimiento que daban pena y todo. Pero lo peor de todo era que cuando te sacabas pareja tenías que hacer actividades de pareja, que eran actividades absolutamente normales y corrientes pero que se hacían de dos en dos: ir al cine a ver Mortal Kombat, a comer al chino, a la playa los sábados por la mañana...

Por supuesto, yo era un revolucionario para mis amigos. ¿Qué más placer podía haber en tener novia que el simple hecho de tenerla? El propio Cubano me dijo que tenía que dejarme de tonterías, que eso de que te gustara mucho la chica con la que salías era cosa de película, pero que lo importante era salir con la primera con la que tuviese oportunidad y que luego le iría cogiendo el gustillo. Y mira que yo confiaba en su criterio, que ya había que ser tonto, pero es que salir a dar una vuelta con una muchacha que me hablaba de cosas de las que no tenía ni idea y a la que mis frikadas le parecían igualmente alienígenas me resultaba tan aburrido que no era capaz de aguantar ni cinco minutos.

Un día, desesperado por mi forma de comportarme, el Cubano me preguntó: “¿Pero tú que es lo que quieres?”

“Pues una chica con la que no me aburra hablando, que me parezca mona y que tenga interés por lo que lo que a mí me gusta,” le dije con absoluta sinceridad.

“¡La leche!,” exclamó realmente sorprendido. “Lo que tú pides es imposible. ¡Que con mujeres, tío! ¡¡Mujeres!! Deja ya de fantasear, sal con una y no intentes comprender de lo que habla.”

2012-07-10 08:14 | 1 Comentarios