QUEDADA DE MACHOS
Odio las quedadas de machos. Esas reuniones oficiosas en las que el azar junta sólo hombres, y donde la gente empieza a contar sus batallitas sexuales.
Hace poco tuve la mala suerte de encontrarme en una de esas reuniones. Todos viejas glorias de nuestros días en el club de rol, cuando organizábamos jornadas y torneos. Yo esperaba recordar anécdotas olvidadas y reírme de ellas, pero no habían pasado ni cinco minutos cuando alguien contó una experiencia prohibida que había tenido:
“Una vez me besé con una chica en un pasillo de la biblioteca.”
Como anécdota debo de decir que es muy tonta, pues en mi facultad no eran besos (en la boca) lo que se daban al fondo de las estanterías. Sin embargo, mi sorpresa no dejó de aumentar cuando la siguiente anécdota fue:
“Pues yo un día en el autobús le pegué la cebolla a una niña de mi clase, con la excusa de que había mucha gente.”
Todo el mundo alucinando, como si allí se estuviera contando la mayor aventura sexual jamás narrada.
“Eso no es nada” insistió uno de nuestros amigos, “porque yo una noche ligué con dos chavalas.”
Silencio absoluto. La voz tartamudeante de alguien pregunta de repente: “¿Pero estuviste con las dos… a la vez?”
“No, no. Ligué con dos amigas, pero como una era muy fea pues acabé con la otra.”
Aún así, la historia pareció gustar más que un relato de Sade.
Cuando me toca el turno me excuso diciendo que a mí las experiencias fuertes no me gustan. Lo digo en broma y con retintín, pero la gente está tan metida en los relatos que ni siquiera se percatan.
El último de los compañeros narra su historia:
“Yo tuve una novia de chat hace ya, puff, ni me acuerdo, de cuando pusieron Internet en la facultad. Una vez, en mitad de la biblioteca, con todo el mundo por allí, tuvimos cibersexo. Vamos, todo por chat, que no había Webcams ni nada. Me puse tan malito que me tuve que guardar la conversación en un disco y corrí a mi casa.”
Tras pasar toda la tarde así, alguien sugiere que volvamos a vernos y repitamos la experiencia. Al preguntar dónde quedaremos, yo me muerdo la lengua para no decir: “En un sexólogo.”
2009-01-29 08:45 | 7 Comentarios
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Comentarios
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El sábado a las ocho, en tu "instituto", se representará Arsénico por compasión. Entrada libre, como la otra vez. |
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Lamento decirte que algunas quedadas de féminas pueden parecer un capítulo de "Sexo en Nueva York" y no tienen nada que envidiarle por lo patético a las quedadas de machos... >:P |
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Es bonito saber que somos iguales, aunque sea en la idiotez... |
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Pues no es por fardar, pero yo una vez me besé con una chica en medio de la playa. Y con gente alrededor, ojo.
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Yo no llego a tanto pero en una ocasion vi a una pareja pasear de la mano... ¡¡¡y sin guantes!!! |
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Ah, coñe, que hiciste el BUP. Ya me extrañaba a mí que supieras escribir. |
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