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DON HECK Y LOS VENGADORES

Hace unos meses tuve que releerme los primeros años de aventuras de Los Vengadores para el libro de Dolmen en el que se analizaban tanto las historietas de los héroes más poderosos de la Tierra como sus apariciones en el cine y la televisión. Como éramos muchos autores, nos tuvimos que repartir las diferentes etapas de la serie, desarrollándolas cada uno a su manera. Algunos compañeros prefirieron hacer resúmenes de las aventuras, pero yo elegí centrarme en cómo era el método de trabajo de los autores y por qué las historietas se desarrollaban de tal o cual manera, contando muy por encima las aventuras, convencido como estoy de que toda la épica de un cómic se pierde cuando uno intenta sintetizarlo solamente en palabras.

Un detalle curioso que descubrí durante mi investigación fue que la etapa de Stan Lee y Jack Kirby, padres del universo Marvel, fue superada en ventas por la etapa posterior, en la que Kirby fue sustituido por Don Heck. Y esto es curioso porque los lectores actuales solemos odiar a Heck y lo consideramos, en el mejor de los casos, un artista mediocre. Sin embargo, en los años 60, el artista fue capaz de suceder al genial Kirby durante unos 2 años sin que los lectores de aquel entonces se enojasen, antes al contrario.

Para entender el éxito de Don Heck hay que comprender también el papel que jugó Stan Lee, que demostró con aquella etapa no solamente su calidad como guionista, sino también su talento como editor. Al saber que Kirby abandonaba la serie para centrarse en otros títulos de la editorial, Lee comprendió rápidamente que era imposible sustituirle y que los lectores compararían al dibujante saliente con el nuevo artista, así que también cambió al grupo. Con Kirby se fueron Iron Man, Thor, el Hombre Gigante y la Avispa, y con Heck llegaron Ojo de Halcón, Mercurio y la Bruja Escarlata.

Heck, al principio, se muestra algo torpe a la hora de narrar las historietas, sobre todo en lo referente al ritmo y los tiempos, pues sus aventuras terminan demasiado apresuradamente. No obstante, a medida que pasan los meses, va dominando la narrativa y es capaz de crear aventuras muy amenas y legibles.

Es curioso cómo nos dejamos influir por nuestros propios prejuicios. Durante mucho tiempo, los lectores españoles, que conocimos a Heck generalmente a través las reediciones de los años 90 (con la Biblioteca Marvel, cuyo reducido formato impedía disfrutar del dibujo del artista), no sentimos mucho aprecio por su obra. En lugar de pensar que aquello era fruto de la época (el paso del tiempo había hecho que los dibujantes fueran más preciosistas), creímos que nuestro disgusto hacia Heck era universal y que, por lo tanto, su etapa en Los Vengadores era un periodo decadente, cosa que desmienten totalmente las cifras de ventas. Quizá eso sea lo peor de los prejuicios, no el que nos guste más o menos un autor, sino el que pensemos que nuestros gustos y disgustos son universales y aplicables a todas las épocas.

2012-10-20 08:24 | 1 Comentarios

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Comentarios

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De: Jeremy Vedder Fecha: 2019-02-14 02:00

Genial, me encanta este artículo. Es estandarizado, claro y conciso, que nunca he escuchado sobre él
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