Algunas teleseries obtienen fama a gran velocidad, mientras que otras obtienen un pequeño público fiel y logran sobrevivir en horarios discretos, siendo repuestas de tarde en tarde y alcanzando el estatus de series de culto. Eso es justamente lo que sucede con Los primeros de la clase (Heads of the Class), que entre 1986 y 1991 nos contó, a lo largo de cinco temporadas, las aventuras de un grupo de estudiantes superdotados y sus profesores.
Lejos de ser un drama adolescente, la serie trata con humor (aunque en ocasiones se ponga seria) la vida de una clase de alumnos muy aventajados cuyas vidas cambian a la llegada de Charlie Moore, un profesor caótico pero con mucho talento que viene para sustituir unas semanas pero que, cosas del destino y los guiones, finalmente termina quedándose durante tres años y medio.
Es posible que esta serie tuviese mucho que ver en mi deseo de ser profesor, pero también en mi descontento con muchos de los profesores que sufrí durante mi adolescencia e incluso durante la carrera. Y es que el profesor Moore siempre contaba batallitas que, aunque en principio no tenían nada que ver con lo que explicaba, al final terminaban por encajar y hacerte disfrutar y comprender la lección. Frente a los profesores aburridos y monótonos que leían folios amarillentos, Moore era la fantasía de todo estudiante con un mínimo de motivación. La clase también era muy interesante, y la unidad de los alumnos siempre me resultó fascinante, en parte porque yo nunca me he sentido parte de ninguna clase.
Curiosamente, ante el éxito de la serie, que siempre mantuvo el favor de la audiencia, los productores decidieron que el cuarto y último curso estaría dividido en dos temporadas. Moore aparecería durante la primera parte del curso (cuarta temporada), para luego ser sustituido por Billy MacGregor. Como la serie es prácticamente imposible de encontrar, salvo algunos de los primeros capítulos en inglés, mis recuerdos del profesor MacGregor son bastante borrosos, aunque creo que la serie mantuvo su buen nivel.
No tengo muy claro cuando echaron la serie, pero creo que debió de ser a partir de los años 90, posiblemente coincidiendo con algunas vacaciones de Navidad o verano. No obstante, la recuerdo con mucho cariño y me encantaría volver a verla completa, aunque de momento parece que las productoras tienen otras prioridades tanto en lo referente a lanzamientos de DVDs como en reposiciones.
Tiene gracia que Montaigne en el año catapúm ya usara lo de contar batallitas para ilustrar la idea que quería exponer en los ensayos. Buen ejemplo del lema "si funciona, no lo toques!"
Una de las cosas que hacen "humanos" a los seres humanos es su deseo de escuchar historias. Originalmente se contaban mediante relatos orales, pero la tecnología ha permitido hacerlo mediante la escritura, la música, el cine y, más recientemente, los videojuegos. Me parece increíble, por lo tanto, que una asignatura que consiste en contar historias no siempre se aproveche de ese deseo de las personas por escuchar historias interesantes.
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