LA LAGUNA
La ciudad de Cádiz estuvo dividida durante mucho tiempo en tres partes. Una era (y sigue siendo) la parte de intramuros, es decir, la ciudad antigua rodeada por murallas. Otra era la zona de la bahía, que daba al mar pero carecía de playa, donde se encontraban fábricas y las barriadas obreras. Finalmente, separada de la zona obrera por la vía del tren, estaba la zona de playa dominada por ñps chalets. A lo largo de los años 70, esa división de la ciudad comenzó a cambiar con la progresiva desaparición de los chalets, y ya a finales del siglo XX se produjeron obras importantes que soterraron la vía del tren y unieron las zonas de la bahía y la playa, que hasta aquel entonces habían sido mundos aparte.
Yo siempre he vivido en un barrio llamado La Laguna, en lo que era la zona de la playa. No sé si en un pasado muy distante hubo realmente una laguna que diera nombre a la zona, pero lo cierto es que cuando yo era pequeño el nombre del barrio le venía por las inundaciones que se producían cada vez que llovía. Por aquel entonces, la mayoría del barrio estaba ya dominado por grandes edificios destinado a las clases medias, pero aún quedaban un buen puñado de chalets e incluso alguna huerta que parecían resistirse al paso del tiempo. Poco a poco, las huertas fueron desapareciendo y dejando lugar a plazas públicas, algunos de los chalets se adaptaron y se convirtieron en pisos pequeños o sufrieron remodelaciones que les hicieron perder aquel aspecto rural que tan difícil era conjugar con los edificios de cemento que los rodeaban. Sin embargo, en una zona concreta, sobrevivió una calle de pequeños chalets que no sufrieron reforma alguna, posiblemente porque sus dueños no tenían dinero suficiente para meterse en obras y esperaban el momento adecuado para vender el suelo a alguna constructora.
Cuando era pequeño, me encantaba coger por aquella calle. Los patios, pequeños y repletos de árboles y maleza, apenas poseían una pequeña muralla para separarlos de la calle, y uno podía ver algunas fuentes e incluso piscinas repletas de hojas caídas. El ambiente general era de decadencia, pero también había una aureola de esplendor perdido, como si aquellos edificios fuesen monumentos a un Cádiz que ya no existía y a unos tiempos que ya no volverían.
2012-08-21 11:44 | 4 Comentarios
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Comentarios
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Esperemos que esa calle no desaparezca, tiene un sabor diferente que recuerda a otra época.
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Esa calle desapareció: ahora hay una plaza y un centro de salud. Hay otra calle de chalets, pero todos remodelados. |
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Por suerte, hace ya unos diez años o así que ya no se inunda con las lluvias normales... aunque cuando cae una tromba de agua excesivamente fuerte vuelve a convertirse en un simpático pantano artificial. |
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