AFICIONANDO A LEER
Cuando daba clases particulares, los padres y las madres solían hacerme las preguntas y peticiones más peregrinas. En una ocasión, me pidieron que aficionara a la hija, de 15 años, a leer. Así de fácil, como el que enseña a hacer una suma o las reglas de un deporte.
Como ya supondréis, aficionar a alguien a leer tiene que ver con dos factores. Uno es, obviamente, conseguir que disfrute leyendo, porque las aficiones siempre parten por ser algo que a uno le da placer. Otro es saber competir con los otros entretenimientos, porque una persona que no está acostumbrada a leer preferirá mil veces ver la película de El señor de los anillos antes que leerse el libro, pues lleva menos tiempo, es más vistoso y posee mejor ritmo.
Le dije a los padres que, para que alguien se aficione a leer, obviamente debe coger el hábito. De nada sirve decirle a la niña que hay que leer cuando la familia se pasa la vida frente al televisor viendo el Tomate (hoy día sería Sálvame). El padre me comentó que no había problema, puesto que él se leía todas las tardes el periódico y la madre se leía de arriba abajo la revista que regalaba el periódico los domingos.
También insistí en que los libros deben ser accesibles. Si para leer un libro has de esperar una semana o más, lo más probable es que a medio camino pierdas el interés y encuentres otro entretenimiento más inmediato. Nuevamente no hubo problema alguno, puesto que la casa tenía una enciclopedia de no se cuantos tomos que cogía una pared entera del despacho del padre (despacho donde había una televisión, un mueble bar y un sofá para siestas), una colección de clásicos de la literatura universal donde podías encontrarte éxitos adolescentes como La Illiada, El cantar de Roldán, El Quijote, La Regenta o Ulises, todos ellos lecturas sencillas que atraerán sin duda al lector joven y le hablarán de temas cercanos y fáciles de comprender. A fin de cuentas, ¿qué adolescente no conoce el sistema político de la Grecia arcaica?, ¿quién no crece jugando a ser Carlomagno en su cruce de los Pirineos? ¿hay acaso algún niño que no entienda la crítica social que encierra la obra de Cervantes?
Con tamaña materia prima y con tales herramientas, se hizo lo que se pudo. Y se pudo hacer poco. Y los padres posiblemente sigan sin entender que tener un libro como quien tiene un cuadro no sirve de nada.
2012-08-16 08:41 | 5 Comentarios
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Comentarios
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Eres injusto. Obviamente los padres tenían en mente más bien La Regenta :-)
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Una cosa es comprar libros y otra muy distinta es poseerlos. |
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Yo leí El Quijote con 10 años y lo releí (y entonces entendí) con 17. Moraleja: si quieres ser una persona con futuro no hagas lo que yo hice. |
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Veo algo realmente especial en este post. game mobile legend |
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