FIDELIDAD
Durante mi último año de carrera conocí a una chica que estudiaba Filología Hispánica con la que siempre coincidíamos a la hora de almorzar. Una de las cosas buenas de los comedores universitarios es que las mesas son compartidas, por lo que es mucho más fácil conocer gente y acabar cogiendo confianza, que es lo que nos acabó pasando con esta muchacha. Así, poco a poco, se fue viniendo también a estudiar con nosotros y, cuando el tiempo comenzó a mejorar, cambiamos los menús de cuchillo y tenedor por bocadillos, y nos íbamos a la playa a almorzar.
Un día, mi compañera Maica me sugirió que aquella chica debía de tener algún interés en mí, pues no solo era la persona del grupo con la que más hablaba, sino que además había cierto tonteo. Yo, que para estas cosas nunca he sido demasiado perceptivo, le dije que no, que ni hablar, que a la muchacha simplemente le caía bien. “Fíjate que hemos quedado en su casa este fin de semana para estudiar,” le dije a mi compañera totalmente convencido de que eso significaba que no había ningún interés por parte de la chica.
Al final, resultó que sí había interés. ¿Quién iba a pensar que cuando una mujer te invita a pasar la noche en su piso de estudiante para estudiar puede que tenga otras ideas en la cabeza? Desde luego, yo no. Afortunadamente, aunque soy bastante torpe para darme cuenta de las cosas, hasta yo soy capaz de comprender que algo de interés hay en una chica cuando esta se encuentra encima tuya besándote y acariciándote, por lo que acabé reconociendo que Maica tenía razón.
Con escasa ropa pero muchos besos y caricias sobre nuestros cuerpos, le pregunté a la muchacha si tenía preservativos, porque obviamente yo lo único que me había llevado a aquella sesión de estudio eran bolígrafos y folios. Ella me miró un poco compungida y me dijo que no podíamos acostarnos, porque ella tenía novio y no quería ponerle los cuernos.
Yo pensé que aquello era un remordimiento que le había bajado de repente, pero que va, seguimos besándonos y acariciándonos, e incluso quedamos un par de veces más con idénticos resultados, pero el novio podía estar orgulloso de la fidelidad de su pareja.
2012-08-14 09:13 | 4 Comentarios
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Comentarios
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Jose, muy buen articulo me ha sacado varias risas, llevo tiempo leyendo tus articulos y aqui tienes mi primer comentario que no son tan agudos como tus relatos. Yo y muchos no somos nada perceptivos en esos aspectos, que nos casamos rápidos para dejar de usar esa mala habilidad nuestra. Un saludo. Dani |
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¡Hola Dani! Me alegra que te robe unas risas. Si te sirve de consuelo, yo siempre he sido torpísimo para darme cuenta de estas cosas. |
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Es obvio que ay muchas formas de entender varios conceptos, como en este caso el de la fidelidad.... Ay ay.... Que mundo este! |
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