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SEXO SEGURO

Durante los años del colegio solíamos hablar de sexo, de hecho, la mitad de nuestras conversaciones estaban relacionadas con el sexo... pero eran conversaciones de chicos. Nunca hablamos con una compañera, ni siquiera con una amiga, sobre nada relativo al sexo. Ni siquiera cosas simples como la forma en que le gustaba que la besaran. En parte, era timidez. En parte, a nadie se le había ocurrido que a una mujer también le pudiese gustar el sexo.

Todo esto cambió cuando llegamos a la universidad. De repente, la gente hablaba de sexo mucho más abiertamente, incluidas las mujeres, sobre todo si tenemos en cuenta que teníamos una asignatura de libre elección llamada Sexología que sacó los colores a varios cientos de alumnos y alumnas.

En una de aquellas conversaciones, Lola, una compañera de la carrera que nunca llegó a terminar, nos confesó que odiaba los preservativos y que ella siempre usaba la píldora. Rápidamente hubo un debate entre la gente que pensaba que tenía toda la razón del mundo y quienes argumentaban que aquello no era buena idea, porque salvo que tuvieras una pareja estable (¡y fiable!) te podían pegar cualquier cosa, pero sobre todo el SIDA.

Lola rápidamente nos advirtió que ella no iba a pillar el SIDA, pues tomaba precauciones: “Yo siempre me acuesto con chicos con músculos.”
Y se quedó tan pancha.

2012-06-25 00:06 | 2 Comentarios

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Comentarios

1

De: Mirbos Fecha: 2012-06-25 14:34

Y nada de onanismo o te quedas ciego.

2

De: Jose Joaquín Fecha: 2012-06-25 15:43

Que levante las gafas quien no necesite gafas hacia el final de sus días...