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"COMPAÑEROS"

Entre 1996 y 1998 es posible que vierais Menudo es mi padre, una teleserie protagonizada por el cantante El Fary que emitió Antena 3. La serie padecía de todos los defectos de la televisión de aquellos años, a saber, programas diseñados para toda la familia que no podía herir la sensibilidad de nadie y al mismo tiempo debía mezclar drama y humor. A pesar de esas limitaciones, la serie tuvo momentos interesantes e incluso mostró con cierta elegancia temas como el de la vida cotidiana de los adolescentes, que lejos de ser los jóvenes repelentes que habíamos podido ver en Farmacia de guardia o Médico de familia, aquí poseían una personalidad más fuerte, empezaban a forjar lazos de amistad y a tener sus primeros devaneos sexuales.

Al parecer, según cuentan los que saben de series y televisión, El Fary fue un éxito inesperado. Tal vez parte del éxito fuese que la serie no era tan empalagosa como otras, y que el propio protagonista tenía un oficio humilde, no como otros personajes televisivos, que vivían en unos caserones que ya los quisiéramos todos nosotros; tal vez incluso puede que El Fary fuese mejor actor de lo que todos nos habíamos esperado. La cosa es que El Fary pedía más dinero por hacer la serie, la productora no terminaba de verlo claro y los adolescentes de la serie tenían bastante gancho. El resultado de aquello fue que El Fary acabó viendo su serie cancelada, la productora rescató a un puñado de los actores para otra serie y dio más protagonismo a los adolescentes: era el principio de Compañeros.

Debo de reconocer que Compañeros me cogió en un mal momento. Yo estaba saliendo de la secundaria, y la verdad es que no podía haberme interesado menos ver a un grupo de adolescentes encerrados en clase. No obstante, debo de reconocer que los pocos capítulos que vi eran bastante superiores a otras series de la época (eso no quiere decir que Compañeros fuese una buena serie, simplemente que no era horrible). Por ejemplo, a diferencia de Al salir de clase, los protagonistas de Compañeros sí parecían adolescentes, se comportaban más o menos como tales y no dirigían negocios ni conducían cochazos.

Aunque Compañeros estaba pensada como una serie familiar, pues había un reparto adulto bastante notable (en la primera temporada aparecía Concha Velasco, por ejemplo), pronto se hizo evidente que la historia realmente interesante era la de los adolescentes, y de entre ellos destacaban Quimi y Valle, él un macarra y ella una niña con mucho genio, cuya historia de amor era la crónica de un fracaso anunciado (se liaban, lo dejaban, se volvían a liar, lo volvían a dejar...) como suele ocurrir con la mayoría de las teleseries, que son incapaces de hacer que un romance resulte interesante y al mismo tiempo sea estable. No obstante, visto cómo estaba el patio de las teleseries, hay que decir que los guionistas tuvieron cierta habilidad a la hora de desarrollar los personajes, evitando caer en topicazos; por el contrario, los chavales mostraban un miedo a separarse y a cambiar muy creíble. Otra crítica que se le puede hacer a la serie es lo tremendamente cerrado que era el grupo, con apenas alguna inclusión muy esporádica de nuevos adolescentes, algo bastante poco creíble si tenemos en cuenta lo abiertos que eran los personajes.

Al igual que con Menudo es mi padre, la serie de Compañeros demostró buenas intenciones y, en alguna que otra ocasión, incluso tuvo momentos memorables. Sin duda, si no hubiese existido aquella obsesión por hacer series para toda la familia podría haberse realizado un producto muy diferente. En cualquier caso, como me decía un amigo muy aficionado a las teleseries, “uno mira las teleseries españolas para ver lo mal que lo hacen y luego las series americanas para ver cómo habría sido si lo hubiesen hecho bien.”

2012-03-22 09:56 | 3 Comentarios