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ELIGE TU PROPIA AVENTURA Y OTROS PROYECTOS PARA EL 12

Un proyecto puede dar mil vueltas antes de ofrecer resultado alguno, pero si a eso le sumamos un proyecto con la administración pública, lo cierto es que todo puede pasar. A continuación os relato cómo fue el lento y a ratos absurdo proceso de crear el libro de La gran aventura en Cádiz 1812, el “elige tu propia aventura” del que hablaba hace unos días.

En 2008, la Diputación había decidido sacar una serie de cómics sobre el bicentenario de la Constitución de 1812 y me habían contratado como asesor histórico (de hecho, sigo siéndolo, aunque aún me deben el año pasado). Durante las numerosas reuniones que se sucedieron en aquellos primeros meses, el director de la Oficina del Bicentenario, Enrique del Álamo, me comentó su preocupación ante la falta de proyectos que implicasen a la gente joven. Y es que, salvando el cómic, todos los demás proyectos que tenían en mente estaban dirigidos a una media de edad de 25 ó 30 años en adelante.

A principios de 2009 le presenté tres proyectos que, sin ser una revolución, podían atraer a los más jóvenes: un curso para profesores de secundaria, un juego de rol y una colección de libros de “elige tu propia aventura”.

El curso para profesores era complicado de hacer, porque había que conseguir que lo convalidase el Centro del Profesorado, y encima en la provincia de Cádiz había varios, por lo que iba a ser un lío. Decidimos que podíamos hacer un manual pedagógico sobre cómo enseñar la historia de 1812, haciendo especial hincapié en usar los cómics que estábamos realizando como herramienta educativa. No obstante, al final la idea se escindió en dos proyectos diferentes: un curso de verano sobre el cómic como herramienta histórica (donde di una charla sobre el cómic histórico) y un artículo que se centraba en los cómics que estábamos haciendo, que salió publicado en la revista Historietas nº1.

Del juego de rol, que acabó convertido en un ajedrez (que aún no nos han pagado, por cierto) ya hablé en otra ocasión.

Finalmente, quedaba el tema de la colección de libros. El proyecto inicial era ambicioso, y planteaba la publicación de dos libros al año dirigido a niños de entre 8 y 12 años, con la posibilidad de hacer algunos libros un poco más adultos (más opciones, reglas de combate, etc.) en el caso de que tuviera éxito. La idea es que los libros comenzasen con la retirada de tropas hacia Cádiz dirigidas por el duque de Albulquerque y acabar con un liberal que huía de España tras la derogación de la Constitución por parte de Fernando VII, con episodios intermedios como las aventuras de un niño que buscaba a un espía en el Cádiz de la época, la batalla de la Loma del Puerco, etc. Los escritores que propuse eran Rafa Marín (novelista y guionista de cómics), Ismael Díaz (que había colaborado en numerosas publicaciones con la editorial No Sólo Rol), Argenis Rodríguez (que estaba colaborando con el juego de rol y también había colaborado con No Sólo Rol) y Javier Fornell (que poco después publicaría su primera novela).

La idea era empezar con los libros en cuanto se acabase de escribir el juego de rol, pero el juego se transformó, se paralizó, se volvió a transformar y acabó siendo un ajedrez hecho a mano que no estuvo terminado hasta principios de 2011. Enrique del Álamo me dijo entonces que podía empezar a trabajar con el libro de “elige tu propia aventura”, pero que por problemas de presupuesto sólo podíamos hacer uno y, además, teníamos que tenerlo listo lo antes posible. Buscamos un ilustrador, nos pusimos a trabajar en el libro y lo entregamos a mediados de 2011... y entonces hubo elecciones y entró en la Diputación otro partido político.

El nuevo partido entró con cierto recelo y nos hicieron saber que el libro no se iba a publicar; imagino que temían que el proyecto hubiese sido concedido por enchufe y no tuviese calidad alguna. Sin embargo, el ilustrador y yo queríamos sacarlo como fuese, así que barajamos varias posibilidades, entre ellas el hacer una autoedición y distribuirla por locales donde vendiesen recuerdos de la ciudad, hacer una versión digital o hablar con alguna editorial gaditana. También empezamos a trabajar en una versión alternativa del libro, porque por absurdo que sea, los derechos los tenía la Diputación y podía dejar el libro sin publicar (y sin que nadie lo publicase) hasta después del bicentenario.

Cuando ya teníamos más o menos claro lo que íbamos a hacer, una nueva llamada desde la Diputación. Han revisado el libro (tras ocho meses), les gusta y quieren publicarlo. Y ahí estamos. Yo, por si acaso, escribo estas líneas con los dedos cruzados.

En cualquier caso, hay que decir que Enrique del Álamo se portó estupendamente. A pesar de todos los cambios que hubo y los recortes por culpa de la crisis, siempre intentó que los proyectos saliesen adelante. En otras circunstancias, ¿quién sabe? Éste podría haber sido el cuarto o quinto libro de una colección.

2012-03-06 11:18 | 3 Comentarios