UN RECUERDO DE MARÍA
Recuerdo a María tal y como era por aquel entonces, delgada, con el pelo muy corto, siempre vestida con unos vaqueros descoloridos y su vieja chaqueta oscura. A simple vista, era como cualquier otra chica, pero cuando la conocías descubrías que era diferente a todas las demás. María era puro caos.
No era sólo que fuera muy pasional, tanto para lo bueno como para lo malo, sino que nada en ella parecía seguir una lógica prestablecida. Podía despertarte a las dos de la mañana para decirte que estaba debajo de tu casa y le apetecía tomarse un café, o decidir que ibais a hacer un viaje relámpago en cuestión de segundos, con lo puesto, a Córdoba o Sevilla. Y a pesar de que nunca sabías por donde te podía salir, siempre te lo pasabas bien. Era como su sello personal: daba igual lo absurdo que fuesen sus planes, nunca te aburrías con ellos... aunque en ocasiones acabases en el tanatorio a las tantas de la mañana tomando un café, hablando de libros mientras las mesas de al lado estaban ocupados de personas con rostro gris que velaban a sus difuntos.
María era, al menos por aquel entonces, tan caótica en el amor como en todo lo demás. Era incapaz de estar con una sola persona, pero eso no me suponía ningún problema, puesto que ella tampoco era posesiva y en cualquier caso te lo pasabas bien. Y no, no me refiero al sexo, simplemente a que estabas a gusto, sabía que cuando estaba a tu lado era porque realmente quería. A algunos de sus amantes aquel sí que les suponía un problema, y nunca podré olvidar al pobre Guille cuando le dijo aquel peliculero: “Sé que te querré siempre.” Ella lo miró como si no entendiese de lo que le estaban hablando, y se limitó a responderse: “Yo sólo sé que te quiero hoy.”
Uno de los aspectos más curiosos de María era que cada persona podía tener una relación completamente distinta con ella. Para mí siempre fue un elemento inesperado, y aquella manera que tenía de aparecer y desaparecer de mi vida me encantaba. Guille, por el contrario, tenía eternas discusiones y comeduras de cabeza.
La última vez que vi a Guille, me preguntó si recordaba aquella época. “¡Cómo nos puteó María!”, me dijo. Pobre hombre, aún no se ha enterado de la historia.
2011-11-02 12:10 | 5 Comentarios
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Comentarios
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Tu novia qué opina de ella? |
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Suena como si fuese la musa de Gaiman... |
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En aquella época no tenía novia. Si te refieres a la actual, ningún problema, de hecho de vez en cuando aún quedo con antiguas parejas para tomar café (María incluida) o, si es una chica que vive fuera y paso por su ciudad, lo habitual es que me quede en su casa.
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No pillo lo de Gaiman, explanation or extermination... |
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