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UN PLAN PARA LOS REYESSon las 12:30 de la noche y tengo 6 años, una duda y un plan. Bien mirado, eso es mucho más de lo que tienen los niños de mi edad la noche de Reyes. Todo comenzó con un rumor: los Reyes Magos no existen. Eso es ridículo, porque supongamos que las brujas no existan: tendría sentido afirmarlo, pues a fin de cuentas yo nunca he visto una bruja, y mucho menos una bruja volando en una escoba; pero a mí todos los años me traen regalos los Reyes Magos, ¿cómo es posible que no existan? Sin embargo, como les decía, hay rumores y habladurías. Durante el parvulario no se oyó nada, pero también es cierto que estábamos separados por una reja del resto de los niños (sobre esta situación creo que han hecho un libro llamado El niño del pijama a rayas). Ya durante el primer año de la EGB se comienzan a escuchar cosas, y según avanza el curso los alumnos mayores comienzan a bombardearte con dudas. Son pequeñas preguntas tontas, pero que te hacen pensar: ¿Algunas vez has enviado tú mismo la carta a los Reyes Magos? ¿Le has puesto sellos? ¿Cómo es posible que si viven en Oriente baste y sobre con un sello que sólo tiene vigencia en España, y que ni siquiera te vale para Portugal? Al principio me inquietaron todas esas cuestiones, pero me luego me di cuenta de lo que estaba ocurriendo: aquellos muchachos eran unos conspiranoicos. Cuando crezcan, serán los que vayan diciendo que hay una nueva gripe que han desarrollado los gobiernos para eliminar a los menos aptos y chorradas por el estilo. De hecho, uno de los que me dijo que no había Reyes Magos... ¡tampoco creía en el Ratoncito Pérez! No obstante, me doy cuenta de que la situación es complicada. Hace poco que empecé a leer sin dificultades, y me he dado cuenta de que al lado de mi casa hay un graffiti que dice en poderosas letras negras: “LOS REYES SON LOS PADRES”. ¿Y si alguien me está intentando mandar un mensaje? Es decir, mis padres creen en todo eso de los Reyes Magos (pues menuda lata me da mi madre con ir a ver la cabalgata... ¡cómo les gusta un famoseo a las mujeres!), pero es posible que nos estén engañando. A fin de cuentas, mirad lo que pasó en la Alemania Nazi, que mataron a un montón de gente y muchos ni siquiera se enteraron (o al menos eso dice el tebeo del Capitán América que me leí el otro día). Y por eso he desarrollado un plan. El otro día le pregunté a mi padre por la hora a la qué llegan los Reyes Magos. Se quedó un poco confundido, y me ha dicho que no tienen un horario fijo, todo depende de cómo les vaya la faena. Así que sólo me queda una cosa por hacer: levantarme tan pronto se acuesten mis padres y, escondido tras el sofá, esperarlos. Aunque me acosté temprano y el sueño me pudo, la excitación me ha despertado poco después: La luz del cuarto de mis padres ya está apagada, y mi reloj marca las 12:30. Con sigilo me levanto, pero no me pongo las zapatillas, de tal modo que no hago ruido alguno. Paso como una sombra frente al cuarto de mis padres, luego avanzo por el pasillo, hasta que finalmente llego al salón. Mis padres no pueden haberse acostado hace mucho, pero el suelo del salón está cubierto de objetos, ¡juguetes!, que no logro vislumbrar a causa de la oscuridad. No puedo encender la luz porque mis padres se despertarían, así que nervioso, temblando casi, vuelvo hacia mi cuarto. ¿Cómo podrían los Reyes Magos haber entrado, descargado todos los juguetes y haberse marchado tan rápido, teniendo en cuenta que mis padres se acuestan a las 12? ¿Cómo es posible que nadie se haya despertado? Sólo hay una explicación posible: ¡realmente son mágicos! Feliz, me duermo hasta la mañana. 2011-01-06 11:43 | 5 Comentarios Referencias (TrackBacks)URL de trackback de esta historia http://gadesnoctem.blogalia.com//trackbacks/68620
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