EL PRIMER DÍA DE CLASE PARA RAQUEL
El primer día del curso, mi amiga Raquel se presenta en el único centro educativo de secundaria del pueblo de Lúmina (Nuestra Señora de Lúmina, aunque desde hace treinta años no se usa el nombre completo). El centro excelente, pues quitando la clase de 2ºD todas las demás son una delicia. Por supuesto a Raquel le ha tocado ser tutora de 2ºD.
“La clase no es mala, ojo, más bien es complicada” le dice Inés, la jefa de estudios. Y tan complicada: dos marroquíes que andan todo el día enfurruñados con un aspirante en potencia del KKK, tres hermanos chinos que no hablan casi nada de español, una chica que cree estar trabajando en una barra americana, varios hiperactivos y un border line con problemas de ansiedad cuya madre no cree en la medicación.
A la primera hora de clase, Raquel comienza explicándoles las normas del centro y las asignaturas, les da los horarios, les recuerda que como su tutora su función es ayudarles... y todavía no ha terminado de hablar cuando una de las niñas con hiperactividad abre la ventana y sala por ella.
Por suerte, la ventana da a un pasillo y no a la calle, por lo que Raquel se siente tranquila: no tendrá que acudir a urgencias en su primer día de clase. Animada por este pensamiento, coge carrerilla y salta por la ventana, agarra a la chica fugitiva (que suponemos iba camino del baño o el patio,indudablemente no de la biblioteca) y la devuelve a la clase sin necesidad de hacerle una llave de judo.
Al llegar a la clase, todo el mundo está con la boca abierta por el salto de su tutora.
“¿Creéis que no voy a saltar por una ventana para teneros en clase?”.
Silencio total. Acaba de nacer una leyenda que se contará, tergiversará y aumentará en los años sucesivos.
2010-11-23 16:12 | 5 Comentarios
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Comentarios
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A mí me pasó lo mismo en un centro, pero no salté por la ventana. Di un rodeo por los pasillos y recogí a los dos chicos díscolos por el otro lado... |
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En mi época, cuando era alumno, alguien lanzó su propia mochila contra la cabeza de alguien y, cosas del azar, en vez de golpear al objetivo salió por la ventana... y se estrelló tres plantas más abajo, destrozando el contenido de la maleta (un walkman y no sé que otra cosa). El chaval, Iván creo que se llamaba, encima tuvo el morro de cabrearse porque nadie agarró su mochila. |
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jajaj, las leyendas de los colegios. Una vez nos dió clase una tal Virginia. Al año siguiente le salió una plaza en un colegio en su pueblo y se fue. Pero antes de irse fue tutora de mi clase y habló unas cuantas veces por nosotros, así que cuando se fue, nació la leyenda. Virginia era la única mayor del colegio que no era mala gente por naturaleza. Virginia se había ido amargada por la intolerancia fanática de la dirección del colegio. Virginia había sido torturada por la dictadora jefa de estudios para que se callara y se plegara al Orden Establecido. Las historias que nos contaban (que había llegado una plaza en otro colegio, en su pueblo) no se los creía nadie y lo único que hacían era darnos más la razón.
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Boquiabierto.
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