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FITO Y EL POWER BALANCE

En 6º de la EGB tenía un compañero de clase llamado Fito, muy buen chaval, pero que no sabía reconocer cuándo le habían pillado haciendo una trastada. Podían cogerle con la chuleta en la mano, que él negaba saber qué hacía aquel papel entre sus dedos; se escapaba de clase una hora, y al localizarle en el patio decía que era sonámbulo; un día le pillaron en mitad de una pelea en el patio y no paraba de insistir que estaban practicando para una película.

No sé que fue de Fito, pero algo me dice que acabó siendo jefe de prensa de Power Balance, porque la estrategia de esta empresa ante la denuncia realizada por las asociaciones de consumidores ha sido idéntica: negarlo todo por obvio que sea.

Dicen en su comunicado de prensa que la empresa “nunca ha atribuido propiedades pesudomilagrosas ni ha recomendado su producto con pretendidos fines sanitarios”, y parece que se han olvidado de las promesas que decían que aumentarían el rendimiento físico, disminuiría el cansancio, se curarían antes las heridas y se evitarían enfermedades motrices. ¡Venga chicos, que borrar una información de vuestra página web no hace que el resto del mundo que ya la ha leído la olvide del tirón!

Además, la denuncia se habría hecho “contra defectos en la publicidad emitida y en ningún caso contra el uso del producto”. Claro, como que un producto no puede ser denunciado salvo que sea tóxico o peligroso, y los chismes estos no son más que pulseritas de silicona con una pegatina encima. La denuncia no es contra el uso del producto porque no es pernicioso, sino con la publicidad que ha dado al producto cualidades poco menos que milagrosas.

Y la empresa anuncia que “realizará las acciones legales y comerciales que considere adecuadas y necesarias para proteger su tecnología, su marca y su prestigio”, acciones que de momento parece que se han limitado a quitar todos los efectos milagrosos que se prometían de la página web, y a reforzarla con caretos de deportistas famosos a los que llaman “equipo”, cuando obviamente son simplemente personas que han vendido su imagen para promocionar un producto. La tecnología de los hologramas dudo que la puedan proteger, porque los regalan hasta con las patatas; la marca y el prestigio dependerán de la campaña publicitaria que se puedan permitir.

Total, que al menos han dejado de anunciar públicamente todas las ventajas imposibles que producía. Ahora el anuncio es bastante más vago, dejando entrever que ayuda al deportista pero ni se sabe cómo ni se sabe de qué modo.

2010-05-31 00:07 | 2 Comentarios

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Comentarios

1

De: Juvenal Fecha: 2010-05-31 23:25

Pero el Black Ring sí que funciona, ¿verdad? Lo digo por la docenita que te había encargado la semana pasada.

2

De: Jose Joaquín Fecha: 2010-05-31 23:47

Lo hemos mejorado incluso, ahora son invisibles y sólo los pueden ver las personas inteligentes. Pero no te preocupes, que todos los que lo han comprado dicen verlos sin problemas... están hechos con la misma técnica de materiales irradiados de chakra invisible que empleaba un rey de la antigüedad, vamos, mano de santo.