EL VIDEO MÁS EXCITANTE QUE HAYAS VISTO
Hace ya unos cuantos años, cuando Internet se empezaba a imponer y todos nos sacábamos nuestras primeras cuentas de correo, a nuestro amigo Eric le comenzaron a prestar películas pirateadas.
En aquel entonces no había edonkey ni emule, mucho menos bitorrent, y bajar una película era una tarea ardua e ingrata que podía llevarte una semana con la conexión totalmente absorbida por la descarga. Por lo tanto, ver una película descargada era todo un lujo, y poco te importaba que estuviera en chino o en búlgaro, siempre y cuando tuviera los subtítulos, que por lo general ni estaban sincronizados ni bien traducidos.
En aquel entonces uno se lo grababa todo. En la colección de Eric estaba una película hecha por Miliki y los payasos de la tele, algunas cosas de anime, españoladas de los 70, alguna que otra película hindú, y por supuesto toneladas de porno. De vez en cuando nos llamaba para ver una porno especialmente rara, como una versión de Star Wars en la que no diré qué usaban a modo de sables de luz.
Un día Eric nos llamó para informarnos de que había conseguido la película porno más increíble y excitante que nadie se pudiese imaginar. Ni que decir tiene que aquello nos llamó la atención, y esa misma tarde nos reunimos cerca de diez personas en su casa, dispuestos a ver aquella filmación tan espectacular.
“Lo han hecho con una cámara oculta, ¡es tremendo!”
Nuestras fantasías, ya de por sí disparadas (una mezcla de juventud con exceso de hormonas, falta de sexo en la vida real y de canales porno en la casa), imaginaron lo peor: una pareja donde él la grababa en venganza por unos cuernos, una oficina donde pillaron a dos compañeros que confraternizaban demasiado, una playa pública donde un cámara aficionado pillaba a una parejita…
Nos puso el video en el ordenador y vimos un retrete. Una chica llegaba, se sentaba y supuestamente orinaba, y digo supuestamente porque la cámara estaba en el techo y no se veía nada más que el cogote de la muchacha. Tras subir el volumen del ordenador al máximo, Eric consiguió que oyésemos el ruido de la orina. La chica se levantó, se limpió, y sin que se hubiese visto nada el video llegó a su conclusión.
“¿Qué os parece? ¿No es tremendo?”
Todos nos quedamos estupefactos. A no se quién le dio bastante asco, y se le notaba en la cara. A mí me había dejado absolutamente indiferente, pues en el fondo no se había visto nada. El único que habló de todo el grupo fue Migu, un chico muy formalito, casi opusino, que con su voz entrecortada y tímida preguntó: “¿Por cuánto me vendes el video?”
2009-08-13 03:05 | 2 Comentarios
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