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SIMEON DE BULGARIA

Reyes que perdieron su corona y su reino hay muchos, qué duda cabe. Que luego recuperaron la corona, merced de reinos vecinos o de militares simpatizantes, también hay unos cuantos. Pero reyes que se hayan reciclado en presidentes de república, de esos me temo que no hay muchos. De hecho, que yo sepa, sólo existe un caso: Simeón de Bulgaria.

Cuando el ejército soviético entró en Bulgaria en 1944, la monarquía quedó en serio peligro: no hubo resistencia, el monarca era un niño de apenas 10 años, y el país había formado parte de la alianza con la Alemania Nazi, si bien no de una forma tan activa como otros países.

Durante 50 años, el rey destronado vivió en España, pero tras la caída del comunismo se presentó no como soberano, sino como político, siendo primer ministro de la república búlgara durante una legislatura (2001-2005). En los siguientes comicios no ganó, pero quedó en suficiente buen lugar como para ser parte de la coalición gobernante.

Pero si algo bueno tiene la democracia es que nos acostumbra al cambio, y nos enseña a criticar a los que están en el poder. En las elecciones de los últimos días, Simeón no ha ganado ni un solo escaño, y su respuesta ha sido abandonar la política.

Lo más divertido es que el antiguo monarca nunca dejó de reclamar el título regio (por si suena la flauta, que se suele decir), aunque eso no le impidió dirigir el país (y no lo dejó en peores condiciones de cómo lo encontró, si bien tampoco lo devuelve mucho mejor).

2009-07-07 08:26 | 0 Comentarios