La Belle Dame sans Merci
Sir Frank Bernard Dicksee (1853 – 1928), otro de los artistas que trató temas épicos y clásicos con un estilo pre-rafaelista, aunque él mismo no llegase a pertenecer a la Hermandad Pre-Rafaelista. La obra retrata a “La bella dama sin piedad”, una balada de John Keats escrita a principios del siglo XIX, que a su vez se inspira en un poema escrito por Alain Chartier en el siglo XV. El poema y el cuadro describen el encuentro entre un caballero y un hada, aunque al final del poema nos queda la duda de si todo ha sido un sueño o no (cosa que en la pintura se consigue dando un aire onírico a la escena). Aquí os dejo una traducción del poema (no es mía): La Belle Dame sans Merci I. Ah, ¿Qué es lo que te aflige, maltrecha criatura. Solitario y pálido vagabundo? El junco se marchita en el lago Y ningún pájaro canta. II. Ah, ¿Qué es lo que te aflige, maltrecha criatura, Tan demacrado y tan lleno de dolor? El granero de la ardilla está lleno Y la cosecha ya ha sido recogida. III. Veo un lirio en tu ceja Con la húmeda agonía de las gotas de febril rocío Y en tu mejilla una rosa que se desvanece Tan rápidamente como se marchita IV. Conocí a una dama en los prados Llena de belleza, una niña de las hadas; Su pelo era largo, su caminar ligero Y sus ojos salvajes V. La senté en mi corcel trotador Y nada más vi durante el resto del día A mi lado ella se recostó, y cantó Una canción de las hadas. VI. Hice una guirnalda para su cabeza Brazaletes también, que la llenaron de fragancias; Ella me miró y me hizo el amor Con dulces quejidos. VII. Ella me encontró raíces de dulce sabor Miel salvaje y maná del rocío Y en un lenguaje ciertamente extraño dijo- ‘Te amo’ VIII. Ella me llevó a su gruta encantada Y allí me contempló, y suspiró profundamente, Y allí cerré sus ojos salvajes Para besarla hasta caer rendidos. IX. Y entre el musgo sucumbimos al sopor Y allí soñé – Ah! dolor! El último sueño que jamás tuve En la pendiente de la fría colina. X. Ví pálidos reyes, y princesas también, Pálidos guerreros, todos con la palidez de la muerte; Ellos gritaban – ‘¡La bella dama sin piedad Te ha esclavizado!’ XI. Vi sus hambrientos labios en la penumbra Con un horrible bostezo avisador, Y me desperté, encontrándome aquí En la pendiente de la fría colina XII. Eso es lo que ha hecho que me encuentre aquí Solitario, pálido y vagabundo, Aunque el junco se marchite en el lago Y ningún pájaro cante. John Keats
2009-02-02 09:29 | 1 Comentarios
Referencias (TrackBacks)
URL de trackback de esta historia http://gadesnoctem.blogalia.com//trackbacks/61756
Comentarios
1
|
De: Javi |
Fecha: 2009-02-02 13:19 |
|
Mira he encontrado otro de Sir Frank Dicksee, se llama "Las dos coronas", y tambien esta muy bien.
|
|