Inicio > Historias > NOVIAS, VILLANAS Y HEROINAS | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
NOVIAS, VILLANAS Y HEROINAS(Extracto de “Entre el romance y el heroísmo”)
A partir de la Gran Depresión de 1929, los cómics fueron más que nunca una herramienta de ocio, una forma de desconectar durante unos minutos de la dura realidad. Es por eso que los periódicos, sin renunciar a lo que ya estaban publicando, empiezan a ofertar nuevas historias centradas menos en la comedia, y más en la aventura. Fue el pistoletazo de salida para héroes como Flash Gordon, el Príncipe Valiente, Dick Tracy, o Tarzán. El cómic de aventuras, ya fuera en tiras de prensa, ya fuera en comic-books, tenía por lo general una estructura repetitiva: existía un héroe masculino, al que reconocíamos por ser atractivo y bien formado, que se enfrenta a uno o varios villanos, a los que reconocíamos fácilmente por su físico desagradable o sus maneras soeces.[1] La historia tenía lugar cuando el héroe y el villano chocaban, y concluía cuando el mal era derrotado. A lo largo de la historia, el status quo del héroe y de sus secundarios -- amigos, novia, etc. -- apenas cambiaba, no siendo obligatorio leer las aventuras del héroe de forma continuada. En estas aventuras, la aparición de la mujer tendrá lugar de formas diferentes:
- Las villanas:
Si el villano solía ser de aspecto feo y desagradable, la villana era todo lo contrario: bella, atractiva, y profundamente sensual. Diseñada para despertar el interés del lector masculino, la mujer que se enfrentaba al héroe tenía una estética donde las cadenas, el látigo y el cuero jugaban un papel muy relevante. Se insinuaba un cierto tono sadomasoquista que, no obstante, nunca se llegaba a desarrollar plenamente, pues no olvidemos que esas historias también las leían niños.
Debemos diferenciar entre diferentes tipos de villanas. Algunas, las que menos, realmente quieren reformarse, dejar de ser mujeres fatales y quedarse con el héroe. Otras, la mayoría, no quieren renunciar a lo que son, e intentan atraer al héroe a su lado. Y ahí tenemos otro de los rasgos de estos personajes: no tienen escrúpulos a la hora de intentar seducir al protagonista del cómic, ya tengan para ello que quitar de en medio a otra rival, mentir, o drogar / hechizar al héroe. El atractivo de la villana estaba en que no seguía las normas de conducta de su época. El lector sabía que una mujer decente no podía vestir con trajes de cuero tan escotados, ni debía insinuarse de forma tan libidinosa, pero justamente por tener una conducta tan excepcional y diferente, el lector y el propio héroe van a sentirse fuertemente atraídos hacia ellas.[2]
- Las novias eternas:
Todo héroe que se preciara, debía de tener una novia. Solía ser una chica bonita, inteligente, que en teoría hacía las veces de compañera del héroe, pero que en realidad jugaba un papel de florero. Algunas veces, la chica ni siquiera era la novia del protagonista, pero esta le seguía con tanta insistencia, que al héroe no le quedaba más remedio que resignarse y aceptar su compañía.
La novia es siempre mostrada como el sexo débil, el talón de Aquiles del héroe, por lo que los enemigos de este no dudarían en secuestrarla para someter a su compañero. Esas ocasiones eran ideales para jugar nuevamente con la estética de las cadenas, de la mujer indefensa, e incluso para desgarrar levemente las ropas de la chica y mostrar un muslo. Aunque son igual de bellas que las villanas, la novia se diferenciaba en su bondad y en su buen corazón. A diferencia de sus rivales, ella jugaba limpio, intentaba seducir a su hombre con cariño y con insistencia, pero nunca con malas artes. Curiosamente, esta candidez y bondad, despertarían el interés de multitud de villanos, que querrían conseguir a la chica para ellos mismos.[3] Se las solía llamar “novias eternas” porque, como ya dijimos anteriormente, los personajes experimentaban generalmente pocos cambios. Así, los héroes iban esquivando como podían el pasar por la vicaría, a pesar de la insistencia de las chicas.[4]
- Las heroínas:
Aunque la mujer estadounidense había conseguido el derecho al voto en 1920, su situación de subordinación frente al hombre había cambiado realmente poco. Que los cómics anteriormente citados tuvieran una difusión cada vez mayor, no hace más que confirmar que el mensaje que lanzaban, por muy machista que pueda parecernos hoy, era aceptado por una gran cantidad de los lectores.[5] Sin embargo, poco antes del estallido de la II Guerra Mundial, empezaron a aparecer cómics de aventuras protagonizados por mujeres. El caso más relevante, y el más curioso, sería el de Wonder Woman, que aparecería por primera vez en diciembre de 1941. Creada por Charles Moulton, la heroína se nos mostraba como un personaje fuerte y capacitado, que podía afrontar sin problemas las mismas amenazas que cualquier héroe masculino.[6]
Con el comienzo de la II Guerra Mundial para EE.UU., esa imagen de la mujer capaz y valiente se vuelve muy importante para la propaganda, ya que la mujer va a tener que ocupar trabajos que hasta entonces se consideraban eminentemente masculinos -- minería, industria del armamento, intendencia militar, policía… --, puesto que los hombres son movilizados para la guerra. Los cómics supieron afrontar el reto, y comenzaron a reforzar la imagen de la mujer guerrera, capaz de hacer su papel tan bien como cualquier hombre. Incluso se llegaron a crear versiones femeninas de los héroes que más cómics vendían, un ejemplo sería Miss América como contrapartida del Capitán América, o Mary Marvel como réplica del Capitán Marvel, etc. Pero las editoriales también iban a mostrar a una mujer totalmente distinta del hombre. Menos ruda y más delicada, con una moral diferente -- por ejemplo, las heroínas no iban a correr numerosas aventuras amorosas, como sí hacían sus contrapartidas masculinas --, la heroína del cómic mostraba siempre un arquetipo de feminidad que la diferencia completamente de otros personajes masculinos.
[1] Gasca y Gubern consideran que estos arquetipos son en realidad una metonimia, la parte por el todo, siendo el atractivo del héroe reflejo de su bondad y valentía, y la fealdad del villano reflejo de su maldad y cobardía.
[2] Un ejemplo del interés que despertaban estas mujeres fatales nos lo da John Romita Sr., un dibujante de Marvel de los años 60 y 70, al contar que: << [Cuando era un niño] me enamoré de Burma y de Dragon Lady, y cuando Raven Sherman murió, oí a los mayores en la tienda de ultramarinos y en la calle, diciendo “¿Te has enterado de que Raven Sherman ha muerto?” ¡Y yo que creía que era el único pirado al que le gustaban! ¡Había gente mayor que hablaba sobre ellas! >> (Hernando, 2004:58).
[3] Curiosamente, la novia solía ser una “cornuda” consentida. Mientras que el héroe sí se dejaba abrazar, besar, e incluso hechizar por alguna que otra atractiva villana, su pareja nunca caería bajo los encantos del villano de turno. Aunque esto podía llegar a molestar a la chica, la culpa solía achacársela a su rival, mientras que al héroe nunca se le reprochaba sus escarceos.
[4] Hubo excepciones, como el Príncipe Valiente, que se casaría -- y muy contento -- al poco de conocer a su novia. Pero por lo general, el ansia de la mujer por casarse era caricaturizado y llevado a límites absurdos. Por poner un ejemplo, hablemos de la novia de Superman, Lois Lane, que conocería al héroe durante su primera aventura (1938), pero que no se casarían hasta mediados de los 90 (recordemos que los personajes de cómic no envejecen, salvo rarísimas excepciones). Desde finales de los años 50 hasta mediados de los 70, Lois Lane protagonizaría su propio comic-book llamado Superman's Girlfriend Lois Lane (Lois Lane, novia de Superman), dirigido principalmente a un público femenino, y cuyo principal aliciente era encontrarnos a la novia de Superman imaginando cómo sería su boda.
[5] No sólo hay que culpar exclusivamente al cómic de lanzar un mensaje sexista, puesto que también las novelas cortas que se publicaban en las revistas de papel de pulpa (Pulp Magazines), muy baratas y tremendamente populares en los años 20 y 30, jugaban con los mismos arquetipos de héroes, villanas y novias eternas. Incluso el cine, por medio de los seriales y las películas, ofrecía un mensaje excesivamente conservador, pero comúnmente aceptado por los espectadores.
[6] Charles Moulton no era más que un seudónimo, que enmascaraba la identidad del auténtico creador de Wonder Woman: el psicólogo William Moulton Marston (1893-1947), mejor conocido por ser el inventor de la máquina de la verdad. Su crítica a los héroes de cómics masculinos, y a la discriminación que sufría la mujer en las viñetas, le llevó a crear a esta heroína femenina. Interesado por el concepto, el editor de All American Comics, Charles Gaines, dio una oportunidad al personaje, que de inmediato consiguió atraer el interés tanto del público masculino como femenino.
2008-09-19 08:05 | 8 Comentarios Referencias (TrackBacks)URL de trackback de esta historia http://gadesnoctem.blogalia.com//trackbacks/59556
Comentarios
|
Consigue mis librosLa explosión Marvel: Historia de Marvel en los 70 Los animales en la Historia y la Cultura Los cómics de la Segunda Guerra Mundial Archivos
DocumentosTu IP es: Enlaces indispensablesCRISEI DIARIO DE UNA NIÑERA EN BIRMINGHAM (Alejandra Flores) |
© 2002 Jose Joaquin
|