EL POTRO
No sé si será cosa del viento de levante, de la latitud o si acaso del perpetuo olor a mar y salitre, pero la cosa es que en Cádiz abundan los raritos, los personajes estrambóticos y los zumbaos del ala. Ya ni asustan ni sorprenden, e incluso creo que son un aliciente turístico.
A finales del curso apareció uno de aquellos tocaitos rondando el colegio. Se hacía llamar El Potro, y era un yonki inofensivo, canijo y barriobajero, que para sacarte unos duros no necesitaba ni navaja ni intimidación, tan solo darte la brasa el tiempo suficiente.
Los primeros que lo conocimos fuimos Richi y yo, que de vuelta a casa teníamos que soportar su charla infumable: “Mira, shava, que yo te lo pido de buena porque yo no soy un violento de eso que van por ahí petando shavalillos y le hacen la barriga a las pivitas, que yo soy legal de los legales de los buenos de los colegas de esos que te ayudan si tu estas mal.”
Mi amigo y yo lo mirábamos estupefactos, sin tener ni idea de qué diablos nos estaba diciendo. Él continuaba: “Que yo no te pido pa droga ni na, que bueno que si que es pa droga pero no pa la mia que yo ya estoy con la metadona y me va que te cagas, que yo pido pal Ale que el pobre lo pasa mu mal con el mono y le ayudamo entre tos que pa eso los colegas somos colegas y tu y tu sois mis colegas y me vais a dar unos durillos pal colega.”
A los quince minutos, te rascabas el bolsillo, le decías adiós a una o dos partidas en los recreativos, y le dabas cinco o diez duros. Más feliz que un ocho, se piraba. Más felices todavía, nosotros disfrutábamos de su ausencia… al menos hasta el día siguiente.
2008-06-27 09:42 | 2 Comentarios
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Joder José, puta vida, remueves mis recuerdos y me traes al Potro! Yo lo habia borrado temporalmente de la memoria. Algunos como yo, un poco mas jóvenes que tú, le mirabamos con esa mezcla de respeto y miedo con que se miraba a los matones de aquella epoca de los 90, que te atracaban en los recreativos o a la salida del instituto. Todos conociamos a esa tropilla, el potro, el pequitas, el puita, la kika...recuerdos de cuando nunca ibamos a ser mayores. El Potro murio ahorcado en su casa, o eso nos hicieron creer entre los periodicos locales y la pandilla de amigos . Y hoy, maldito seas, me has traido todos esos recuerdos, y se que van a estar conmigo todo el dia. Ya nos vemos jose!! |
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