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PREGUNTAS Y RESPUESTAS 4: EL MALENTENDIDODurante años existió la idea bastante extendida (afortunadamente ya un poco menos) de que cuando una mujer decía NO en el fondo quería decir sí. Incluso he conocido gente que, cuando una chica les daba calabazas, se ilusionaban y esperanzaban, imaginando que habían entrado en un bizantino juego romántico en el que, cuanto más se insistiera, mucho mejor. Sin embargo, ni siquiera el más iluso de esos tipos habría dudado de que el NO de Sole a mi amigo Richi significa eso mismo, que no. Richi se lo tomó bastante bien… ¡sólo tuvimos que aguantarle durante el primer recreo para que no le partiese la cara a Weber! El pobre Weber, mientras tanto, juraba y perjuraba que aquello debía de ser algún tipo de error: “Richi, que no te estoy tomando el pelo…” “¡Por el pelo te voy a coger yo, cabronazo, y te voy a lanzar por los aires!” “…que ella me dijo que tú le gustabas. ¿Por qué te iba a mentir?” “Pero si yo te entiendo, si sólo quiero darte un abrazo de amigo… ¿por qué te iba a mentir?” Tras mucho insistir, tras comprobar que la descripción de la chica era correcta y tras intentar estrangular a Weber en un par de ocasiones, nuestro amigo comenzó a tranquilizarse. “Weber, ¿no decías que Sole era tu vecina? Pues mañana, cuando vengáis para el colegio, le sacas disimuladamente el tema y vemos cual ha sido el problema” comentó Augusto. Realmente a nosotros nos importaba un pimiento que Richi se sacase novia o no. Lo que nos interesaba era que Sole le dejase las llaves del armario de Raúl Solano, hiciésemos una copia de los exámenes y aprobásemos con magníficas notas (y sin estudiar, claro).
“¡Tú eres gilipollas!” Como pueden ver, queridos lectores, la conversación entre Weber y Sole a la mañana siguiente no iba todo lo bien que se esperaba. “¿Qué he hecho, niña?” “Le has dicho a Richi que me gustaba.” “Lo hice por una buena causa… ¡por ayudarte!” “Tú eres tonto, tío, pero tonto de necesidad. ¿No ves que no me has ayudado en nada?” “¿Y eso por qué?” “¡Porque a mí no me gusta ese pintas!” Weber pensó que, o descubría por qué Sole le había mentido, o Richi se iba a tomar muy mal el ridículo que había pasado pidiéndole salir a una chica que pasaba de él. “A ver, Sole, tú piénsalo bien. Es un tío divertido, que le gusta la misma música que a ti…” “Da igual, a mí no me gusta.” “¿Entonces por qué dijiste que te gustaba?” “Quería poner celoso a alguien.” “¿A quién?” “A ti, tonto.” Y entre ambos se hizo un repentino silencio. Weber, pichita mía, me temo que la pelota había caído en tu campo y, dijeses lo que dijeses, alguien iba a enfadarse. 2008-06-20 09:08 | 9 Comentarios Referencias (TrackBacks)URL de trackback de esta historia http://gadesnoctem.blogalia.com//trackbacks/58112
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