Inicio > Historias > NOVIA, PURO Y AMISTAD | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
NOVIA, PURO Y AMISTADCada mañana comenzaba con un susto, una maratón y desespero. Susto el que me daba el despertador, con su horrible pitido, el único que conseguía evitar que cayese nuevamente dormido. Maratón la que me pegaba para desayunar mi colacao con tostada, lavarme la cara, ponerme ropa que no disgustase a mi madre y, a la vez, no provocara el cachondeo de mis compañeros (¡un mes me estuvieron llamando butanero por llevar aquel polo naranja!), hacer la mochila y salir rumbo al autobús. Desespero el del autobús, claro, que siempre tardaba en llegar, y alguna que otra vez me hacía llegar demasiado tarde.
Sin embargo, aquella mañana sonó el telefonillo justo cuando me iba para abajo. Imaginé que sería Pili, mi vecina, compañera de curso, que querría preguntarme alguna cosa. Pero no, al coger el auricular escuché la voz de Richi, que me pedía que bajase para hablar de algo importante. Debo confesar que alguien me diga que quiere hablar de algo importante. Me da la sensación de que me quiere dar malas noticias, y no se atreve a hacerlo en persona, o peor aún, que quiere partirme la cara, y para ello necesita tenerme de cuerpo presente. Por suerte, Richi no tenía ningún interés en darme malas noticias, mucho menos en reconfigurar mi cara a golpe de nudillo. Muy por el contrario, quería comentarme una intimidad que, insistía, yo debía conocer. “Jose, he estado pensando…” e hizo una de sus típicas pausas, teatrales y esperables, que tanto gustaba a los profesores cuando le tocaba hacer un examen oral. “He estado pensando todos estos días, y creo que me he portado mal contigo.” “¿Por qué?”, pregunté. Quería contestarle que porque era un cabronazo y estaba saliendo con la tía que me gusta, pero la prudencia me pudo. “Porque soy un cabronazo y estoy saliendo con la chica que te gusta. Bueno, estaba, porque lo he dejado.” Parecía afectado, y sólo entonces comprendí que a él le gustaba Rosa, mi Rosa, nuestra Rosa, tanto como a mí. Richi simplemente se había enamorado un poco más tarde que yo. “¿Por qué?” dije, demostrando una vez más que no sirve para hacer preguntas inteligentes, o al menos originales. “Pues no me parecía justo. Te ibas a quedar solo en la pandilla, te gustaba a ti antes que a mí, hablábamos mucho menos… y pensé que por una tía no vale la pena pelearse.” “Hombre… no sé… si yo entendía que estuvieras con ella…” “No, coño, me he portado mal. Y por un amigo lo que sea. Tú habrías hecho lo mismo.” ¿Yo habría hecho lo mismo?
Aquel día me pasé toda la mañana sonriente. Mi mejor amigo había dejado a su novia para no estar mal conmigo. La amistad triunfaba. El amor sólo será amor cuando los amigos no estén de por medio. Chicas hay miles, amigos sólo unos pocos… Vamos, que menuda sonrisa de gilipollas que debí de lucir todo el día. Y además para nada, porque meses después me enteré de que había sido Rosa, mi Rosa, nuestra Rosa, la que había dejado a Richi, y no al revés. Le había dejado porque los padres de la chica le vieron fumando un día, a la salida del colegio, un puro. Aterrados ante la idea de que un puroadicto de 15 años pusiese sus zarpas sobre su dulce princesa, obligaron a Rosa a cortar la relación. Hasta donde sé, tampoco ella opuso especial resistencia.
Supongo que en otras condiciones me habría enfadado con Richi. Pero como aquel puro que se fumaba se lo había regalado yo por su cumpleaños, me hizo ilusión pensar que, de alguna forma rocambolesca, sí que lo habían dejado por causa mía. Y no volví a decir a nadie quién me gustaba. Bueno, salvo a Pablo Carbonell dos años después, y menudo lío que se formó… pero eso ya lo contaré cuando llegue su momento. 2008-04-24 00:44 | 2 Comentarios Referencias (TrackBacks)URL de trackback de esta historia http://gadesnoctem.blogalia.com//trackbacks/56986
Comentarios
|
Consigue mis librosLa explosión Marvel: Historia de Marvel en los 70 Los animales en la Historia y la Cultura Los cómics de la Segunda Guerra Mundial Archivos
DocumentosTu IP es: Enlaces indispensablesCRISEI DIARIO DE UNA NIÑERA EN BIRMINGHAM (Alejandra Flores) |
© 2002 Jose Joaquin
|