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AQUELLOS MARAVILLOSOS AÑOS 3: VERONICA MARS

Un crítico decía, hace no mucho tiempo, que Veronica Mars era la nueva Buffy Vampire Slayer. Obviamente los críticos no tienen mucha idea de lo que hablan, porque salvando que amabas series se desarrollan en entornos adolescentes y son tremendamente entretenidas, no tienen nada más en común.

Para encontrar los orígenes de Veronica Mars tenemos que fijarnos en otra chica que triunfó entre los adolescentes, aunque sin estacas, una detective adolescente llamada Nancy Drew. Creada para el mercado de lectoras adolescentes allá en los primeros años de la Depresión del 29, Nancy se convirtió en un modelo para millones de lectoras (y lectores) no sólo a lo largo y ancho de EE.UU., sino del mundo entero.

Nancy era inteligente y resuelta, independiente (tal vez debido a la desaparición de su madre, que la hizo madurar prematuramente), siempre apoyada por su padre (un importante abogado) y su comprensivo novio. Sin ser rica, sí que tenía una vida envidiable: se codeaba con las clases altas de la ciudad, aunque no dudaba en ayudar a los pobres (siempre y cuando fuesen anglosajones, o en su defecto europeos occidentales) a solucionar sus problemas.

Veronica Mars nació justamente para ser un personaje de novela. Sin embargo, Rob Thomas, su creador, probó suerte presentando al personaje y su contexto detectivesco a una cadena televisiva.

Veronica es Nancy, pero puesta al día. (Conste que sólo he visto la primera temporada, y a ella me remito exclusivamente). Su padre no es abogado, sino ex-sheriff del pueblo. Su madre no murió, sino que la abandonó a ella y a su padre. Su novio comprensivo dejó de serlo un buen día, dejándola plantada.

Su padre la cagó en una investigación y ahora dirige una agencia de detectives privados, en la que emplea a su hija de forma ocasional. Aunque es una paria sin apenas amigos, Veronica se muestra igual de resuelta que Nancy Drew. Sin embargo, a diferencia de ésta, nuestra protagonista sí vive en un mundo parecido a la realidad, donde el sexo, las drogas, la popularidad y el dinero atenazan continuamente a los adolescentes.

Feminista (y lo demuestra sobradamente al defenderse por sí misma, al ayudar a las compañeras que no saben defenderse por sí mismas), amiga de una banda de moteros hispanos, nuestra heroína no es una niña buena y sumisa, sino que continuamente tiene choques con el mundo masculino y con el mundo adulto, pero sobre todo con el mundo de las clases altas, al que fugazmente perteneció.

El interés de la primera temporada, no obstante, no reside en los romances ni en las tramas típicas de instituto. Muy por el contrario, sus prioridades serán descubrir quién fue el asesino de su mejor amiga y hermana de su ex-novio, Lilly Kane (¿es una pista que Kane se pronuncie como Caín?) y quién la violó hace un año, mientras estaba borracha. Una trama que ha hecho que algunos críticos digan, esta vez más acertadamente, que la serie debe bastante a Twin Peaks. A pesar de las diferencias, lo cierto es que en ambas series la pequeña e idílica comunidad parece esconder mucho más de lo que el espectador creía.

Además, multitud de pequeñas tramas maduras y, en muchas ocasiones, realistas, hacen que sea un placer observar la serie. Así, por poner un ejemplo, tendremos ex-novios que amenazan a sus chicas con videos “comprometidos”, rumores, amenaza de matanzas en el instituto (como las de Waco o Columbia) y un largo etcétera.

Sin ser una obra maestra, Veronica Mars es una serie sólida, bien narrada, tremendamente amena y con unos personajes que permanecen fieles a sí mismos, aunque eso no les evite evolucionar.

Una de esas series que, sin muchos recursos, pueden inflamar nuestra fantasía y hacernos pasar un rato de lo más entretenido.

2008-04-15 02:05 | 10 Comentarios