Inicio > Historias > NUESTROS PROBLEMAS CON LAS MUJERES 3: RICHI EL ALCAHUETO | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
NUESTROS PROBLEMAS CON LAS MUJERES 3: RICHI EL ALCAHUETOOcurrió en primavera. Nuestra amiga Blanca había traído a una compañera suya de clase, Rosa, una chiquilla escuálida y blancuzca, de cabellos revueltos, ropas anchas e informales, siempre ojerosa. No era una chica diez, no habría ganado un concurso de belleza ni llegaría ser un ídolo de masas, pero yo la amaba con esa tenacidad extraña que la adolescencia. Es curioso eso de enamorarse. Uno recuerda el corazón tembloroso, la respiración contenida, la placidez que sentida al estar cerca de ella… y sin embargo, aun reencontrándola por la calle, somos incapaces de volver a sentir lo mismo. Lo decía Aute, queda la música, quedan las fotografías y los recuerdos. Lo demás se desvanece. Así que lo siento, soy incapaz de explicaros qué veía en ella, si era un amor idealizado o real. Yo creía que era amor. Era amor. Rosa tenía un toque diferente a las demás chicas que conocía. Vivía rodeada de hermanos, por lo que estaba acostumbrada a tratar con chicos, a participar en nuestros juegos y aficiones. Escuchaba Europe, había memorizado con devoción una cinta pirata (¿usábamos esa palabra antes de que la popularizaran como sinónimo delito?) con las mejores baladas heavies de los 80, veía Ranma en la tele, y alguna que otra vez había jugado al rol, aunque no le gustaba demasiado. No era una princesa. No quería ser una princesa.
Mi amor era distante y silencioso. Sabía que estaba destinado al más absoluto fracaso, supongo que porque me infravaloraba a mí mismo e imaginaba que nadie podría fijarse en un chico como yo. Nadie, ni siquiera ella, sospechaba que su sola presencia me producía una dulce taquicardia, una apremiante necesidad de verla, de pasar un rato más a su lado, como si no hubiese mañana, como si fuese a desaparecer en un parpadeo. Aquella situación se prolongó a lo largo de un mes, hasta que una tarde, desesperado ante mi propia impotencia, le confesé a Richi lo que me pasaba. No esperaba que me ayudara, tan sólo poder librarme de aquella carga. Al principio, mi amigo no entendió mi interés por ella, pero después de una detallada redacción de sus virtudes, quedó tan convencido de mi amor hacia ella, que decidió actuar. “Jose, está decidido, voy a hablar con ella mañana. La buscaré a la salida del colegio y conseguiré resolver tu problema.” La idea me daba pánico. ¿Y si la amenazaba con una pistola de balines, como hicimos con Kike meses atrás? ¿Y si ella le decía que yo le repugnaba y no quería volver a hablar conmigo nunca más? ¡Tantas cosas podían salir mal! Y de hecho, salieron, pero no como yo esperaba.
Al día siguiente, fingiendo que tenía que ir al médico, Richi salió un poco antes del colegio, y se fue a recoger a Rosa al colegio de monjas. No sé cómo fue la conversación, ni sé si fue breve o prolongada. Tan sólo puedo afirmar que Richi no me llamó hasta bien entrada la tarde. “Jose, tío, buenas y malas noticias.” Glups. El mundo se paró. El universo (mi universo, mi ego) pendía de un hilo. “La mala noticia es que… que me hablaste tan bien de ella que… bueno, que me empezó a gustar a mí. Y cuando la vi hoy… pues eso, que le pedí salir. Ni siquiera le hablé de ti. Lo siento, tío.” Glups glups. “Ahora la buena…” Uff, vale, la buena era que a ella le gustaba yo. No, eso era demasiado optimista. Lo ideal sería que a ella no le gustase nadie, que todo volviese a ser como unas horas antes. No, eso sería imposible, porque la petición de Richi estaría sobre la mesa. Lo ideal… ¿Qué sería lo ideal? Menos mal que el mundo se había parado, porque así tenía tiempo para pensar. Lo ideal sería… “La buena noticia, Jose, es que ella me ha dicho que sí.” “¿Qué sí?” “Que sí, que yo también le gusto, Jose. Vamos, que somos novios.” “¿Eso es una buena noticia?” “Bueno, para mí sí. ¿No te alegras?” No, no me alegraba en absoluto. Odiaba a Richi con todo mi corazón. 2008-04-04 00:36 | 13 Comentarios Referencias (TrackBacks)URL de trackback de esta historia http://gadesnoctem.blogalia.com//trackbacks/56636
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