LLEVO DE LA BUENA
Lucía pendiente, una paleta de oro y un horrendo corte de pelo militar, que resaltaba una enorme cabeza y unos inflados mofletes pecosos. Le podías encontrar sentado en la plaza del árbol, liando canutos o tirando piedras a los gorriones y las palomas, o en los recreativos Letrán o JM, quemando su adolescencia, el Street Fighter y el Ghost & Goblins con hipnótica devoción. Todo el mundo le llamaba Macuto, aunque supongo que no era su auténtico nombre.
De haber nacido en otra época, habría sido mercader fenicio, bucanero inglés o estraperlista gaditano; pero como nació durante la Movida, se conformó con el oficio de camello de barrio. Y como buen camello, se hacía acompañar de un amigo, supongo que un secuaz, extremadamente canijo, con el rostro picado por la varicela y los granos. Le llamaban El Bizco, y se gastaba una mala baba impresionante. Si le mirabas fijamente, se pensaba que te estabas recreando en su estrabismo, y te podías llevar una guantá, un rodillazo en la barriga o un picahuevos; si estaba de malas, te podías llevar las tres cosas.
“Yo vendo calidad” repetía Macuto continuamente, mientras el Bizco echaba un ojo a cada lado, a modo de paloma, buscando indicios de problemas. “Y calidad de la buena, vamos, de la barata.”
Si negabas cordialmente, Macuto te miraba con tono cómplice “Venga hombre, no me seas cacao.” Si volvías a negar, el Bizco te medio miraba fijamente a los ojos y te amenazaba con reventarte la boca a patadas si ibas largando por ahí que ellos vendían mierda… ¡cómo si alguien no lo supiera!
No sé que se podía ganar trapicheando tan poca cantidad. Siempre me quedó la duda de si malvivía de aquello o si tan sólo sacaba para sus vicios (que por otro lado, parecían ser muchos). Aún hoy me lo pregunto, cuando lo veo con el mismo corte, el mismo pendiente y la misma paleta dorada, más gordo, con la sombra de una barba mal afeitada, sentándose en la misma plazoleta y cuchicheando al primero que tenga cerca: “Psss, oye, calidad, buena buena, de la barata.”
2007-11-07 10:29 | 5 Comentarios
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Comentarios
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En mi calle tambien son los mismo, pero ya peinan canas lo mu cabrones |
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Hubo un tiempo en que eran como los gorrillas: estaban en cada esquina de la ciudad. |
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Yo nunca los he visto y mira que paso por la plaza del árbol todos los días, lo que si veo es un montón de chavales fumándose unos buenos canutejos.
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Son como el reparto del periódico: pasan muy temprano. |
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