Inicio > Historias > UNA CHICA PARA ALVARITO | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
UNA CHICA PARA ALVARITOAltas, bajitas, resultonas, rubias naturales, teñidas, pelirrojas y pelicortas, modosas, viciosas, sabiondas, simpáticas y cariñosas, mayores, menores, barriobajeras, niñas de papá, vecinas del barrio y compañeras de clase. A Alvarito le gustaban todas, absolutamente todas las niñas que veía por la calle.La adolescencia es una edad muy mala, muy apretada, sobre todo si no tienes pareja (o si la tienes, pero es neocatecumenal). Reconozco que a mí se me iban los ojos detrás de algunas niñas, ¡pero es que a Álvaro le gustaban todas! Nos daba un poco de vergüenza salir a la calle con él, sobre todo de día, pues era capaz de pararse en mitad de un paso de cebra, o pegar la cara contra el cristal del bus, mientras miraba a una chica y exclamaba: “¡Menudo cajón de mierda lleva esa!” que en castellano nuevo viene a significar que tiene unas nalgas muy bien puestas. Otras veces, si la chica era algo mayor que él, ingeniaba otros piropos caseros, del estilo de: “¡Si tú fueras mi mare, opá dormía toas las noches en la escalera!” que en la lengua del imperio viene a significar que te identificas con uno de los personajes del inmortal dramaturgo griego Sófocles. Alvarito solía gritar estas lindezas bien fuerte, además de señalar (o en su defecto mirar muy fijamente) hacia la joven que cautivara su corazón. Así, supongo yo, demostraba al mundo cuanto afecto sentía hacia el género femenino. Un romántico, vamos, un completo y absoluto romántico. Como Macu ya no salía con el Cubano, se había convertido en víctima de las miradas lascivas y los tocamientos secretos de nuestro compañero. Única visitante femenina en una pandilla donde sobraban andrógenos, Macu comprendió que no sólo de juegos de rol sesiones de cine vive el hombre, por lo que se ofreció a presentarnos una amiga. Y cuando digo presentarnos, entiéndase, quiero decir encasquetar al pesado de Alvarito a otra persona. Como Macu tomó la decisión un lunes, Alvarito y todos los demás tuvimos que esperar hasta el viernes siguiente para descubrir cómo sería la elegida para el sacrificio, digo para aplacar a nuestro compañero. La verdad es que las vagas descripciones que Macu nos ofreció eran prometedoras: la mina se llamaba Blanca, era bajita y delgada, con una larga cabellera rubia natural. Nadie preguntó por su forma de ser, y Alvarito menos que nadie. Debían habernos visto ustedes aquel viernes: íbamos Maqueados como si aquella noche se celebrase la fiesta de fin de curso. Richi engominado, el Cubano afeitado, Kike se vistió menos pijo, Alvarito se puso una camisa (no me malinterpreten, no es que fuese con el torso al aire, es simplemente que siempre usaba camisetas heavies), yo me puse cinturón… éramos los príncipes azules que cualquier blancanieves adolescente y algo miope habría deseado conocer. Por suerte Blanca era miope; bueno, era miope y muchas cosas más: Blanca era, melena rubia natural aparte, una niña de lo más normal. Aún a medio desarrollar, cohibida ante la manada de hombres que la acechaba, un poco pija, nos pareció distante y ñoña. Nadie le hizo el menor caso, salvo su amiga Macu. Alvarito estaba que trinaba, él se esperaba una Pamela Anderson de curvas abismales, y en su lugar había conocido a una adolescente normal (todo lo normal que se puede ser durante ese periodo de nuestras vidas, claro). ¡Qué horrible es hacerse ilusiones! Uno imagina las cosas tantas veces, que al final la realidad no puede igualar a la ficción. A las 12 de la noche, Blanca nos dijo que se tenía que marchar. Como estábamos un poco lejos, Macu insistió (es decir, amenazó) a Álvaro para que la acompañara. Alvarito bufó, se negó, insistió en que antes muerto que acompañar a tamaña pija sosa. Sin embargo, al tercer pellizco de Macu (¡y no vean ustedes qué pellizcos daba!) claudicó. Todos lo miramos alejarse, cabreado y cabizbajo, compadeciéndonos de la media hora de insoportable aburrimiento que le quedaba por delante. Pasó la noche, el día, la comida… sobre las cinco comenzamos a llegar a la placita del árbol, puntuales como siempre. Alvarito llegó tarde y, rápidamente le preguntamos que tal fue su “cita” con Blanca: “Insoportable, pero insoportable de verdad” nos comenzó a decir, “es aburrida y no hay quien le saque conversación: no le gusta el rol, ni el Metal, ni el Cádiz.” Todos nos quedamos sorprendidos, aterrados, ¿cómo podía haber alguien en el planeta que no compartiera nuestras aficiones? Tal vez en Tanzania no jugasen al rol, ya saben, por eso de las guerras civiles y el hambre… ¿pero en Cádiz? “Todo lo que os diga es poco, qué tía más aburrida.” Una vez terminó de contarnos el relato, miró el reloj y comenzó a despedirse. “Es que le he dicho a Blanca que la iba a recoger, para que se viniese con nosotros” “¿Pero no era una tía aburrida?” le pregunté. “Sí, lo es, pero es que estamos saliendo.”. Silencio. “Es que ayer le pedí salir… ¡y me dijo que sí!” Confusos, no muy convencidos, le dimos la enhorabuena. 2007-10-29 13:51 | 15 Comentarios Referencias (TrackBacks)URL de trackback de esta historia http://gadesnoctem.blogalia.com//trackbacks/53086
Comentarios
|
Consigue mis librosLa explosión Marvel: Historia de Marvel en los 70 Los animales en la Historia y la Cultura Los cómics de la Segunda Guerra Mundial Archivos
DocumentosTu IP es: Enlaces indispensablesCRISEI DIARIO DE UNA NIÑERA EN BIRMINGHAM (Alejandra Flores) |
© 2002 Jose Joaquin
|