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MI JEFE ORDENA, YO OBEDEZCO

Tal como llego a la oficina, sin haberme terminado de acomodar a mi asiento, con el ordenador aún apagado, mi jefe aparece por la puerta. Tras un breve saludo, me pregunta:

“Quino, ¿te he dicho que mandes un mail a Fulano?”

Fulano es un tipo muy importante que tiene que venir a vernos dentro de unos días. Como mi jefe sabe que escribo rápido y me expreso con cierta facilidad, me corresponde a mí redactar los mails que se le mandan.

“No, Boss. No me has dicho nada, acabo de llegar.”

Mi jefe mira el reloj. Cierto, acabo de llegar, puntual como un británico estereotipado.

“¿Y le has mandado un mail a Fulano?”

“No, Boss. Sólo le escribo cuando me lo dices.”

Entonces, mi jefe pone cara de fastidio.

“¡Quino, así no podemos seguir! ¡Tienes que tener más iniciativa!”

Cuando mi jefe dice que tengo que tener más iniciativa, lo que quiere decir es que debería ser mordido por una araña radiactiva o algo por el estilo, para desarrollar superpoderes, principalmente precognición (para adelantarme a sus designios) o telepatía.

Mi jefe se sienta en mi sitio y empieza a mover el ratón. La pantalla está en negro, claro, y tras varios intentos de hacer que funcione, le comento que el equipo está apagado. Me mira con cierto enojo, y le recuerdo que acabo de llegar. Vuelve a mirar su reloj, y recuerda que, ciertamente, he llegado a mi hora.

Una vez el equipo funciona, mi jefe empieza a trastear en mi equipo. No pasan ni cinco minutos cuando saca el móvil y llama al informático, atacado de los nervios:

“Ramón, ven corriendo para acá. Un pirata o un virus se han colado en mi ordenador y me han cambiado todo: configuración, carpetas, nombres de archivos… ¡No encuentro nada!”

Yo, sin ánimo de molestar, le doy dos golpecitos en el hombro para reclamar su atención:

“Boss, no es un pirata ni un virus… es que estás en mi ordenador. ¡Es lógico que no tenga tus mismas carpetas ni archivos!”

Me mira, luego mira al móvil, luego mira su reloj para comprobar que no he llegado antes de tiempo.

“Ramón, Quino que se ha confundido, pero ya lo he arreglado.”

Tras calmarse, tras olvidar que había que mandarle un mail a Fulano para decirle dios sabe qué, me confía las instrucciones del día:

“Tienes que acabar de pasar todos los archivos antes de tres días, ¿de acuerdo?”

Le digo que sí, y le veo alejarse hacia su despacho. Me coloco los cascos de música, inserto el DVD con los primeros episodios de Heroes, y sigo viendo la serie por donde me quedé el día anterior. Hace una semana que acabé de pasar los archivos, pero me siento incapaz de decírselo a mi jefe, ya saben, esa dichosa falta de iniciativa que padezco…

2007-09-28 07:46 | 7 Comentarios

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Comentarios

1

De: David Saltares Fecha: 2007-09-28 09:10

Jajaja muy ingenioso, Heroes esa gran serie, normal que Quino se ponga a verla en horas de trabajo. Además con el jefe que tiene...
Saludos.

2

De: Mel Fecha: 2007-09-28 10:38

Tú sí que sabes montártelo XD

3

De: Felipín Fecha: 2007-09-28 12:15

Esto de arriba es spam, Jose. Bórralo o nos comen.

4

De: Jose Joaquin Fecha: 2007-09-28 14:20

Anda, el pobre spamero, que se creerá que le va a leer mucha gente en este blog jajajaja.

5

De: Mizar Fecha: 2007-09-28 15:05

Tus historias son magníficas. Te felicito.

6

De: jeremias Fecha: 2007-09-28 18:02

tu no trabajaras en la empresa de Dilbert?

7

De: Jose Joaquin Fecha: 2007-09-29 00:20

Si allí usan una cosa extraña llamada contrato para ratificar el acuerdo al que llegan patrono y empleado, no, indudablemente no trabajo allí.