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PERSONAJES DESCONOCIDOS DE LA HISTORIA

Ay ay, mala fecha es esta. Finales de agosto, ofú, recta final del verano. Y con el final del verano, ya saben ustedes, llega lo que los estudiantes tanto temen: los exámenes. La mayoría de mis alumnos se ponen muy nerviosos, me piden más ejercicios, me llaman para dar clases los fines de semana, y me lanzan baterías de dudas y preguntas. Son dudas fáciles de responder, muchas veces ellos mismos conocen la respuesta, pero con los nervios se lían y confunden.

Sin embargo, el año pasado hubo una duda que fui incapaz de responder. Me la preguntó Carmen, una alumna del Puerto de Santa María que no quería estudiar, pero que no le quedaba otro remedio. El padre la había intentado motivar de todas las formas posibles, pero que va, la chica se pasaba las horas mirando silenciosa a sus profesores particulares, mientras pensaba en el maravilloso verano que se estaba perdiendo.

A mí sólo me hizo caso cuando hablé de la desamortización y de las quemas de conventos, por eso de que la chica era ultracatólica (los padres curiosamente no) y se indignaba muchísimo cuando le pasaba algo a la Iglesia.

Cuando llegaron estas fechas escribió un correo electrónico a su profesora del instituto, y le rogó que le echase una mano, diciéndole que iba a caer. En cuanto lo supo me llamo:

“José, nos va a caer la vida de Alfonso Sií. ¿Ese quién es?”

“Un señor… así muy importante… que… bueno, casi mejor te lo explico en persona, que es muy largo.”

No hace falta ni decir que yo en mi vida había escuchado hablar de Alfonso Sií. Ustedes entiendan que uno sabe Historia, pero es imposible conocer a todo el mundo que ha pasado por el mundo durante los últimos miles de años. Así que hice lo que un buen Historiador no hace, es decir, busqué en la Wikipedia. Por desgracia, no venía nada. Luego busqué en Google, pero que va, menos aún. En los manuales nada, en las enciclopedias nada, en los listados de políticos del siglo XIX y XX tampoco aparecía referencia alguna.

La siguiente vez que estuve en casa de Carmen, el padre se me acercó, preocupadísimo:

“José, he estado buscando algo del tal Alfonso Sií, pero no aparece en ninguna parte.”

“Don Antonio, a mí me pasa lo mismo. Ese hombre no aparece por ninguna parte, tiene que haber algún error.”

En ese momento apareció Carmen, muy contenta:

“¡He encontrado en el libro de texto a Alfonso Sií!” y nos extendió el libro, donde había una gran foto. “Es el hombre de la foto.”

Antes de leer lo que ponía al pie de página reconocí la fotografía.

“Carmen, este hombre es Alfonso XIII…”

“No, es Alfonso Sií (XIII).”

En ese momento padre y profesor fuimos conscientes que aquel angelito untracatólico no sabía leer, con sus 17 primaveras, los números romanos. Don Antonio me miró con cara de “me parece que hemos perdido el tiempo”. Yo le respondí con una triste mirada de “y el dinero, amigo mío, y el dinero.”

2007-08-20 08:16 | 8 Comentarios