Dejando aparte la sarta de barbaridades que se me ocurren con respecto a las mentes retorcidas de algunos, podría sugerir que, quizás no haya juego más guarro y pudrementes que una buena partida de mangüiti: una hilera de tíos doblados por la mitad ("con el culo en pompa") agarrados por la cintura, para que otra bestia parda venga corriendo y salte la fila lo más lejos que pueda. ¿Juego tradicional o ceremonia de iniciación gay? Conste que he jugado bastantes veces al mangüiti... y al Call of Duty, por poner un ejemplo.
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