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JUGANDO "JUNTO" A OTRA GENTE

Lo mejor de las consolas antiguas no eran los juegos, aunque estaban muy bien. Tampoco eran los gráficos ni la música, aunque para su época pudieran ser sobresalientes. Ni siquiera eran las tramas y giros del guión, que por aquel entonces ya comenzaban a darnos gratas sorpresas. Para mí, lo mejor de los videojuegos antiguos era el poder jugar con otra persona.

Los dos, uno al lado del otro, gritándonos para que hiciéramos tal o cual cosa, dando brincos como si nosotros fuéramos el propio personaje del juego (algo que, curiosamente, luego se convertiría en parte del juego gracias a la Wii), saltando de alegría cuando vencíamos a un enemigo final. ¿Ha habido camaradería más grande en este mundo que la que experimentamos Richi y yo cuando nos terminados The Secret of Mana? Indudablemente no.

Hace unos días, leyendo un cómic llamado The Li'L Depressed Boy (El Pequeño Chico Deprimido), que es la historia de un chico que acaba de terminar una relación y no tiene ánimos de hacer nada y al que el dibujante representa como un muñeco de trapo sin identidad ni siquiera nombre (la gente le llama Pequeño Chico Deprimido o PCD), tropiezo con una página de cómic que explica justamente lo que yo les acabo de contar:

A PCD le ofrecen jugar al un juego en red, y una chica que está tomando algo a su lado le dice: “Extraño jugar videojuegos junto a otra gente. Todo es a través de Internet. Ya nadie está en la misma habitación. Extraño aquellos días en los que jugar era una excusa para quedar con los amigos. Y los juegos solían ser colaborativos: Streets of Rage. Golden Aze. Battletoads. Double Dragon. Bubble Bubble. Tails era la mejor de Sonic.” Y tras hacer una pausa, como deleitándose con aquellos recuerdos, concluye: “¡No veas! Solían salirme ampollas ayudando a mi hermana en Megaman 3.”

Es una tontería, un detalle nimio, pero también un diálogo delicioso. En una página, el personaje se describe perfectamente y, lo que es más importante, es en esa página donde el cómic me ha seducido como lector, porque habla de juegos y experiencias que yo he conocido. El guionista, S. Steven Struble, tiene todo mi respeto y admiración.

2011-11-19 09:39 | 2 Comentarios

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Comentarios

1

De: skullpirates Fecha: 2011-11-21 10:15

Antes de las consolas y de sus pads de control estaban el Amstrad (o Spectrum)y la necesidad de un compañero que te ayudara con el teclado si tenías las manos pequeñas de un crío.
"Yo lo muevo y tú disparas ¿vale?"

2

De: Jose Joaquín Fecha: 2011-11-22 08:46

Jajaja, qué recuerdos de casa de mis primos, con aquellas cintas que se llevaban la misma vida cargando, sólo para que se produjera un error y no pudieras jugar.