Gades Noctem

LISTAS

El otro día leí en una librería una lista de las mejores novelas de fantasía de la última década. Básicamente eran dragonadas, dragonadas y más dragonadas. Había alguna que se salvaba, pero estaba más cerca del final de la lista que del principio. La primera novela era, creo recordar, la cuarta entrega de una saga interminable. Sorprendido, leí la letra pequeña que acompañaba a la lista: “selección elaborada a partir de la votación de nuestros clientes”.

Ofú, con la Iglesia hemos topado. Una “selección de los lectores”.

El problema con las listas que hace el público es simple: sólo vota una mínima parte, y esa mínima suele ser el fan. Además, la edad del votante es muy importante, porque suele consumirse más literatura actual que “antigua” (léase por clásico todo aquello que haya sido publicado antes de que llegaras al instituto, y úsese “prehistórica” si el libro se escribió antes de que nacieras), lo que hace que un público de 18 años, por poner un ejemplo, posiblemente no tenga ni idea de qué se publicó antes de 2005.

El caso más ridículo que conozco respecto a las listas de fans ocurrió en EE UU, cuando 200.000 lectores (lo cual es ridículo en un país de más de 300 millones de habitantes, sobre todo si tenemos en cuenta que no fue una encuesta científica, sino una votación abierta) eligieron, entre las diez mejores novelas del siglo XX tres textos de ciencia ficción de L. Ron Hubbard, padre de la Cienciología. Y ojo, no es que la ciencia ficción no merezca reconocimiento, ni es que los seguidores de la Cienciología no merezcan respeto, es simplemente que era un escritor muy malo, leñe, que me leí una novelita suya y, a su lado, las novelas de a duro parecen García Márquez.

Lo mejor a la hora de leer un libro es basarse en el propio criterio o en el de un amigo. Las listas nunca son objetivas, y cuando ni siquiera se sabe quién ha participado en ellas (ni cuántas veces) lo mejor es simplemente ignorarlas.

2011-07-21 09:23 | 0 Comentarios