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JUGANDO A "SUNSET RIDERS"

El mito del Oeste, del Far West, es un invento. La estética, la temática, la épica del héroe solitario... todo ello fue inventado por novelistas que jamás habían pisado el continente americano, por directores de cine que tenían como referencia la estética mexicana y por una masa de personas que, desilusionada con una vida que no podían controlar (desempleo, explotación, guerra...), soñaba con un mundo más sencillo, donde un hombre se valía por sí mismo.

Es falso, pero es real. Cuando nosotros pensamos en el lejano oeste, pensamos justamente en esos jinetes solitarios, en indios bravos y salvajes, en forajidos muy peligrosos y en damas en apuros. En nuestro ideario colectivo, el Imperio Romano, la Edad Media, la Segunda Guerra Mundial... tienen la forma que el cine, la literatura y los videojuegos le han dado. Para nosotros es real, aunque nunca llegó a ocurrir.

Sunset Riders (Jinetes del ocaso) es un ejemplo de todo lo dicho anteriormente: cuatro héroes (cada uno con un color predominante en su uniforme) dan caza a los peores bandidos del Oeste americano: bandoleros, jefes indios, asaltadores de trenes... cada cual más peligroso que el anterior. Desarrollado por un grupo de programadores japoneses, todos los tópicos se mezclan de una manera tan maravillosa que a nadie se le ocurriría decir que aquello era falso, que no está basado en hechos más o menos reales.

Es un juego de 1991 que ha envejecido maravillosamente bien. Sus escenarios cargados de fondos interactivos, la posibilidad de entrar en bares y burdeles, de ver espectáculos picantes (para la época y la edad, se entiende) y los muchos modos de juego (andas a caballo y a pie, montas en un tren, corres sobre una estampida de animales, etc.) siguen ofreciendo muchas horas de juego, tanto en solitario como acompañado.

Un juegazo que hay que jugar, y que yo aún juego de vez en cuando.

2010-10-23 13:38 | 0 Comentarios