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¿QUÉ FUE LA SAGA DEL CLON?: UNA SAGA ÉPICA (AUNQUE SIN PIZCA DE SENTIDO)
¿Pero aceptaría el lector gastarse más dinero del habitual? Los guionistas prepararon la “Saga del clon” con la intención de engancharles con un relato de tintes épicos que dejaría a los lectores pasmados. De hecho, nos dejó pasmados, pasmadísimos, sólo que no como se esperaba. El editor Danny Fingeroth contaba con cuatro guionistas de diverso talento: un profundo (en ocasiones en exceso) J.M. DeMatteis, un siempre entretenido Tom DeFalco y los mediocres Terry Kavanagh y Howard Mackie. En lo gráfico encontrábamos a unos jóvenes y magistrales Mark Bagley y Tom Lyle, un veterano Sal Buscema con un estilo algo tenebroso y el correcto Steven Butler. El problema de trabajar cuatro autores al alimón es que, si bien en un primer momento, la fuerza de los guionistas con más capacidad iba a producir excelentes resultados, poco a poco el nivel de las tramas iba a ir decayendo, pues las ideas pasaban por muchas manos (y eso sin contar con los editores asistentes, el editor principal y los mandamases de la editorial). Así, el trabajo de DeFalco fue perdiendo interés, hasta el punto de que no tiene nada que ver con el que realizara por aquellos mismos años en series como Thor o Fantastic Four, y definitivamente es muy muy inferior al que viéramos en su etapa de los 80 de Amazing Spider-Man y en sus posteriores guiones para Spider-Girl. ¿Pero cuál era esa trama? El concepto original era recuperar un clon que Spider-Man había combatido en los años 70, y mostrarnos que en realidad no había fallecido, pese a lo que todos creíamos. Lejos de ser un villano, este segundo Peter Parker resultaría ser un personaje atormentado pero de buen corazón, que se hará pasar por un primo lejano de los Parker (adoptará el nombre de Ben en honor a su tío muerto, y Reilly por ser el apellido de soltera de la tía May). La idea es que ambos personajes conviven en Nueva York, uno bajo la identidad de Spider-Man, el otro bajo la de Araña Escarlata. Todo esto se ve en las aventuras “Poder y responsabilidad” y “El regreso del exiliado”, que son entretenidas y mantienen el buen tono de años anteriores. Se plantean dudas y nuevos misterios, y uno se queda con ganas de leer más. Sin embargo, la serie fue adoptando un tono oscuro muy típico de los cómics de los 90, y que resultaba un poco extraño en Spider-Man, que de por sí es el optimista por excelencia, puesto que a pesar de todas las cosas malas que le ocurren vuelve a ponerse en pie una y otra vez. Uno de los primeros problemas que encontrábamos era la enfermedad de la tía May, que acababa hospitalizada (acudir a verla al hospital sería la razón por la que el clon volvería a la vida de Peter Parker) y muriendo en “Una muerte en la familia”, una historia hermosa en la que reconocía saber desde hacía algún tiempo que Peter era Spider-Man. En “Telaraña de muerte” veríamos cómo moría el Doctor Octopus, y en “telaraña de Vida” el nuevo Kraven, muertes que sin duda nos conmocionaros como lectores, puesto que parecían presagiar que algo grande iba a ocurrir. Se ha especulado mucho sobre lo que iba a ocurrir originalmente en la serie, pero eso no tiene demasiada importancia a estas alturas. El hecho es que, en plena crisis del cómic, aquellos guionistas dirigidos por el editor Fingeroth cumplieron todas las expectativas y no sólo evitaron que se hundieran las ventas, sino que algunos títulos incluso las mejoraron. Eso llamó la atención del departamento de ventas de la editorial, que nervioso por la crisis que vivía la empresa (había una lucha a niveles ejecutivos por el control de la empresa, que lentamente se dirigía hacia la bancarrota) fue tomando el control de las oficinas creativas, dictando una política de cruces de series, trucos comerciales y todo tipo de maniobras truculentas para aumentar las ventas. Así que la saga del clon empezó a alargarse más de lo que era de esperar, y algunos de los guionistas originales abandonaron el proyecto (se cuenta que De Matteis acabó muy harto de tener que alargar las historietas hasta el inifinito).
En su punto álgido, el fin de la trama llegó al absurdo, y fue concluida de manera bastante cutre en un capítulo guionizador por uno de los dibujantes, Tom Lyle, que al parecer tenía muchas ganas de probarse como guionista y a los jefazos no se les ocurrió nada mejor que darle el capítulo final de una saga. Ahí, con dos cojones. Lo que siguió fue un sinsentido: el descubrimiento de que Peter Parker era realmente el clon y Ben Reilly el original, la sustitución de Peter por Ben como trepamuros, la repulsa de los aficionados, que empezaban a estar muy cabreados con una saga que no tenía ni pies ni cabeza, y la muerte de Ben Reilly para contentar a unos fans que abandonaban la serie en masa. La trama continuó, y ofreció más resurrecciones, aunque a esas alturas yo ya estaba leyendo otros tebeos que me resultaban no sólo más entretenidos, también menos insultantes. De hecho, una de las quejas más habituales de los aficionados no era tanto la trama, que sí, que tenía telita marinera... pero no, no era la trama en sí, sino el hecho de que la vida personal del héroe no se veía en ninguna parte. ¿En qué trabajaba Peter? ¿Tenía amigos? ¿Y esos secundarios tan ricos y potentes que habíamos disfrutado durante las décadas anteriores? Parecía como si los guionistas intentasen comprobar hasta qué punto podían cortar amarras antes de que la embarcación zozobrase sin rumbo. No estoy de acuerdo en que la culpa fue de los ejecutivos, o al menos no creo que sean los únicos culpables. Los editores y los guionistas aceptaron aquel sinsentido porque cobraban bastante bien, y salvando a De Matteis, ninguno estuvo dispuesto a renunciar a aquel sueldo (obviamente había otros trabajos aguardándoles, pero no pagaban sueldos tan golosos). Podían haberse plantado y decir que aquello no podía continuar, podían haber planeado una gran resolución y no las mediocridades que hicieron, podían haber creado otras tramas con las que seguir impresionando a los lectores... pero se sometieron mansamente a los jefazos. El personaje se llevó casi una década en la más absoluta decadencia, sin despertar el interés de los aficionados y siendo, entre los que llevaban algún tiempo en el mundillo, sinónimo de falta de calidad. Tendrían que llegar otros guionistas con otros planteamientos, una vez perdida casi toda la franquicia arácnida (de cinco títulos y el spin-off de Venom solamente sobrevivieron dos títulos). Varios años después, tras producirse algunos cambios draconianos, muy bien planeados y con una gran libertad por parte de los autores, los aficionados volvemos a mirar al personaje con aprecio, y lo que es más importante, lo leemos con emoción y una sonrisa, disfrutando de historias que serán mejores o peores, pero que siempre resultan entretenidas. 2010-08-18 12:44 | 3 Comentarios Referencias (TrackBacks)URL de trackback de esta historia http://gadesnoctem.blogalia.com//trackbacks/67542
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