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RECORDANDO "AQUELARRE"
Aquello me pareció inaudito. Los juegos de rol eran algo que mi imaginación había ligado tanto a los Estados Unidos que me resultaba tan difícil creer en un juego de rol español como en una secuela de Star Wars dirigida por el Ozores. Pero sí, existía, y además estaba ambientada en la Edad Media española y se llamaba Aquelarre, y en lugar de orcos y goblins había meigas y lobisomes. Jugar a Aquelarre no era difícil, ya que empleaba el mismo sistema de La Llamada de Cthulhu, Stormbringer y Rune Quest, razón por la cual durante muchos años consideramos que aquel sistema de juego, sencillo y tan extendido en España, era realmente el sistema definitivo. Además, el hecho de jugar en “nuestra tierra” nos hacía disfrutar enormemente, si bien no teníamos ni pajolera idea de cómo era la Edad Media española, y el libro tampoco es fuese de mucha ayuda a ese respecto. Puede que el mayor problema del juego fuese su pobre ambientación, excelente en lo referente a magia (que se basaba en grimorios medievales) y monstruos, pero tremendamente pobre en lo referente a la sociedad, la cultura o la política. A diferencia de Rune Quest, que tenía complementos completamente de ambientación, Aquelarre apostó por una serie de complementos donde había un batiburrillo de cosas, desde reglas y aventuras, pasando por personajes y datos sobre el medievo, y acabando con nuevos poderes y hechizos. Habría sido estupendo un libro sobre el medievo en general, o al menos una pequeña bibliografía con algunas novelas recomendables, aunque también hay que reconocer que nuestra imaginación nos hizo superar todas las lagunas históricas. Aquelarre fue, curiosamente, uno de mis primeros acercamientos a la Historia. En los manuales del curso buscaba información y mapas sobre la época, e incluso leí algunos libros que no tenían mucho que ver con el tema, como una pequeña guía sobre los mitos artúricos, otra sobre las cruzadas y una versión simplificada y reducida del Cantar del mío Cid. Mis padres debieron de asustarse un poco al ver a un chiquillo de 11 años pasar las tardes enfrascado en esas lecturas en lugar de viendo la televisión. Con el paso del tiempo Aquelarre me ha ido disgustando. En parte, por la estética manga que adoptaron las posteriores ediciones, pero también por la gran relevancia que tenía la magia, si bien reconozco que eso es una cuestión de gustos: a mí me gusta más el realismo histórico mientras que los fans del juego prefieren un sistema que muestre la Edad Media como la concibieron sus propios habitantes. No obstante, a pesar de que hace años que no juego a Aquelarre (ni pienso volver jugar en breve), reconozco que para mí fue un placer coincidir a la mesa con Ricard Ibáñez en la Semana Negra, y luego poder entrevistarlo para la revista Ubi Sunt? número 23. Y le deseo toda la suerte del mundo con su próximo relanzamiento del juego, bajo el sello editorial No Solo Rol. 2010-05-09 03:16 | 1 Comentarios Referencias (TrackBacks)URL de trackback de esta historia http://gadesnoctem.blogalia.com//trackbacks/66770
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