Inicio > Historias > TEBEOS QUE NO PUDE TERMINAR DE LEER | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
TEBEOS QUE NO PUDE TERMINAR DE LEER
El problema es que, ya fuera por problemas de distribución, porque una serie era cancelada o porque no me llegase el dinero, algunas sagas se me quedaron a medias y no pude saber cómo terminaban. Con los años no las olvidé, todo lo contrario, la intriga me seguía carcomiendo. Ahora, con Internet y con las posibilidades que dan algunas editoriales de leer sus fondos editoriales digitalizados, he podido acceder a muchas de esas aventuras y saciar mi curiosidad. En la mayoría de los casos me doy cuenta que eran historietas manidas, poco originales, pero aún las miro con el placer del niño que fui, y las disfruto a pesar de todo. Pero en una ocasión, sólo en una, la nostalgia fue derrotada por el tedio. Debo de aclarar que, a mis once años, las historias de amor me parecían lo más aburrido del mundo. La mayoría de las historias amorosas se resumían en: “Ellos se gustan, pero no se lo han dicho. Ambos sufren. Al final superan todas las dificultas y se confiesan su amor. Final feliz.” Pero en Fantastic Four #304 todo eso cambió, pues apareció la hermosa Crystal, que tenía un marido al que no amaba, y se reencontraba con su exnovio, Human Torch, que estaba casado y amaba a su mujer, pero también a Crystal. ¡El amor ilícito mola! Aquello me pareció diferente a todo lo que había leído, que tampoco era mucho, y me hice un fan de la serie. En el número 328 pasaron varias cosas. Una de ellas era que el supergrupo era capturado por un villano, que los metía en animación suspendida. Para que el mundo no se diese cuenta, colocaba a unos dobles malvados para sustituir a los Fantastic Four. La otra, es que a la papelería de mi barrio dejaron de llegar cómics durante un par de meses, y cuando volvieron a aparecer la saga ya había terminado, incluso el guionista había sido sustituido por otro. Me comían los nervios, ¿qué habría pasado? Imaginaba divertidas historias con aquellos dobles malvados haciendo lo que les venía en gana, los héroes que escapaban en el momento más crítico, derrotaban a los malos y tenían que afrontar todos los errores cometidos. En lugar de eso, al encontrar los números que no leí, descubro que el guionista contaba en cada episodio el sueño de uno de los miembros del grupo. Un sueño en el que se enfrentaban a un villano, lo vencían, y todos felices y a seguir soñando. ¡Menudo timo! Porque vale que no me metas a los dobles malévolos haciendo de las suyas, vale que me metas que los personajes sueñen… ¡pero que sueñen algo interesante! Es, no sé, como si pones CSI y te dicen: “Los próximos capítulos no son de verdad, son un sueño del protagonista justo antes de levantarse para ir al trabajo.” ¡Pues cuéntame lo que ocurre cuando esté despierto, leñe! Total, que al final me he aburrido tela, porque en mi imaginación se había desarrollado una historia mucho más divertida, emocionante e increíble. Es lo malo de idealizar cosas que nunca terminaste de leer o ver, que en ocasiones tu ideal supera con mucho la realidad. 2010-03-12 00:17 | 0 Comentarios Referencias (TrackBacks)URL de trackback de esta historia http://gadesnoctem.blogalia.com//trackbacks/66235
Comentarios |
Consigue mis libros![]() La explosión Marvel: Historia de Marvel en los 70 ![]() Los animales en la Historia y la Cultura ![]() ![]() Los cómics de la Segunda Guerra Mundial ![]() Archivos
DocumentosTu IP es: Enlaces indispensables![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() |
© 2002 Jose Joaquin
|