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POLÍTICOS QUE DE TODO SABEN (PERO DE NADA ENTIENDEN)

Puedo entender que los políticos, sobre todo los que están al frente de instituciones, quieran aparecer en los medios como mecenas de las artes, la cultura, los deportes o las fiestas de barrio. A fin de cuentas, su colaboración económica o de infraestructuras permite que la ciudadanía lleve a cabo proyectos que, apenas cuarenta años atrás, eran poco menos que inimaginables.

Esto lleva, claro está, a que los políticos apuesten por fastos y actividades contra más masivas mejor, cuando los actos más numerosos no tienen porqué ser los mejores (por ejemplo, una cervezaza gratuita siempre será más popular que una tebeoteca, como bien me han recordado un par de mails de alumnos analfabetos en las últimas semanas).

Ahora bien, lo que me parece penoso es que los políticos quieran pasar por ser sabios que de todo entienden, lo mismo de historia local que nacional o extranjera, de fútbol o baloncesto, gastronomía, videojuegos, cine o flamenco.

Me mata, lo reconozco, cuando el político de turno intenta eclipsar el acto con un largo discurso que posiblemente ni haya escrito él. He visto al mismo concejal hablándome de Edad Media, de la romanización, del origen del pescaito frito y de los juegos de rol, la mitad de las veces diciendo una serie de disparates tremenda (nunca olvidaré aquella frase de “si no fuera por los romanos, no beberíamos ni tinto de verano ni comeríamos pizza”).

Entiendo que en épocas pretéritas, cuando a los reyes y emperadores se les ungía y era la mano de algún dios la que los designaba, el monarca tuviese que aparentar ser una maestro en todo y no el bárbaro tirano que en realidad solía ser. Pero hoy día me parece muy triste que lo que deberían ser actividades lúdicas o culturales donde el peso debiese estar puesto en el pueblo o en los expertos, aparezca el oportunista encorbatado que quiera robar y posiblemente violar con un discurso, por lo demás tedioso, la esencia del acto.

Franco inaugura un pantano que sin lugar a dudas ha construido él mismo

durante sus ratos de ocio.

En Ubi Sunt? creo que siempre hemos sido afortunados, pues los cargos con los que nos hemos topado siempre han sabido ser discretos, e incluso los pocos que se han puesto bajo los focos han sabido dejar claro que nosotros necesitamos tanto de ellos como ellos de nosotros. En la Tebeoteca estoy simplemente encantado, pues las instituciones sólo desean que su logotipo aparezca en el blog. Desgraciadamente, esta es la excepción, y en seis meses de actos culturales que llevo, rara ha sido la vez que no he acabado deseando haber llegado bastante tarde para ahorrarme el meeting camuflado y el ego desbocado.

2009-06-19 11:30 | 2 Comentarios

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Comentarios

1

De: Marco Fecha: 2009-06-19 17:37

El problema es que mucha gente sí se cree que los políticos son unos genios que de todo saben, sobre todo a nivel municipal donde el contacto es más inmediato.

2

De: Jose Joaquín Fecha: 2009-06-20 13:34

Podría ser peor, podrían gastarse el dinero público directamente en publicidad y no invertir en la ciudadanía... anda, como en Cádiz.