Gades Noctem

AFICIONES

A los 13 años empecé a darme cuenta de cuáles eran mis auténticas aficiones. Yo había hecho deportes (como era alto me apuntaron a baloncesto, y como me sentía muy cómodo en el agua hice natación), cursos de literatura (mis primeras, pésimas y únicas poesías se debieron a un taller literario), además de haber leído varios tipos de novela, cómics y probado diversos juegos, unos electrónicos y otros más tradicionales; sin embargo, fue a aquella edad cuando me di cuenta de que prefería emplear mi tiempo en unas pocas actividades nada más, a saber, leer cierto tipo de novelas (detectives y fantástico), cómics de superhéroes y jugar al rol. Obviamente, con el paso de los años esos intereses se ampliarían a otros campos.

Lo que más me molestaba era que alguna gente, profesores en ciertas ocasiones y familiares en otros momentos, me insistían en que algún día me haría mayor y encontraría aficiones serias. Las novelas de detectives y de fantástico darían paso a textos naturalistas de corte realista, los cómics me llevarían al cine, y los juegos de rol a los videojuegos, para después dejar paso a los deportes.

Aquellos comentarios me cabreaban bastante, pues ya en aquel entonces me daba cuenta de que mis aficiones no eran ni mejores ni peores que las demás, y desde luego no eran más infantiles. ¿Spider-Man era simple, siempre acosado por sus villanos y con increíbles superpoderes? Todo eso se podía decir también de James Bond con sus artilugios y sus llamativas parejas, y no por eso dejaba de gustar a muchos adultos (Kennedy era un fan de la novela “Desde Rusia con amor”, por ejemplo). ¿El rol no aportaba nada más que un rato de diversión? Igual que el fútbol, con la diferencia de que en el deporte rey el espectador no interviene en la acción.

Creo que fue al llegar a B.U.P. cuando me di cuenta de que las aficiones eran todas igual de estúpidas e interesantes al mismo tiempo. La cuestión era hasta qué punto te dejabas arrastrar por tu afición; recuerdo perfectamente a Rafa Marín disfrutando enormemente con los cómics, y al mismo tiempo siendo capaz de discernir entre los buenos y los malos, los que estaban hechos para ser leídos y los que simplemente pretendían ser vendidos. Supe de Gary Gygax, Dave Arneson o Jeff Grub, que tenían no pocos años y aún así quedaban con sus amigos cada vez que podían para jugar partidas de rol, o de estrategia, o simplemente para disfrutar a solas con un videojuego.

Como decía un amigo mío: “Sé que es una tontería, pero a mí me entretiene”. Y ese es el objetivo de cualquier afición.

2009-05-21 08:55 | 7 Comentarios

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Comentarios

1

De: Javier Albizu Fecha: 2009-05-21 09:53

Utilizando el reduccionismo al absurdo (que generalmente funciona muy bien) podemos afirmar que solo existen dos tipos de aficiones: Las que te entretienen, y las que no.

2

De: Marcos Fecha: 2009-05-21 12:30

Las que son pecado y las que no...

3

De: Javi F Fecha: 2009-05-21 13:48

Las que engordan y las que no... y yo siempre acabo en las primeras.

4

De: Jose Joaquín Fecha: 2009-05-21 15:10

Seamos materialistas... las que son baratas y las que no.

5

De: skullpirates Fecha: 2009-05-21 23:20

Las que te pueden meter en el talego y las que no...

6

De: jose Fecha: 2009-05-21 23:36

a mí me dijeron que cuando me hiciera mayor me gustarían la cerveza y el café.

7

De: Jose Joaquín Fecha: 2009-05-22 00:07

Lo mismo me dijeron una vez de irme de putas, que lo entendería con la edad (y eso que me lo dijo un tipo que entonces tenía 20).