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YURI: HISTORIAS DE AMOR ENTRE MUJERESMediante las viñetas puede contarse prácticamente cualquier historia, más importante aún, puede contarse a cualquier público, sin importar su edad, su género o sus gustos. Quienes mejor han sabido explotar esto han sido los japoneses, qué duda cabe, con infinidad de mangas (cómics) destinados no sólo a un público adolescente, sino también a un sector adulto. Pero cuando uno dice adulto se suele pensar, pues así nos hemos educado, en sexo y violencia. Para ver una película gore has de ser mayor de edad, y lo mismo para comprar pornografía. Sin embargo, "adulto" no significa solamente sangre y sexo, también significa contar una historia seria, profunda, que no caiga en los tópicos ni en los estereotipos. Una historia que no tiene necesidad de sexo ni de gore, y ahí reside justamente su madurez. En Japón, uno de los géneros que ha logrado alcanzar esa madurez ha sido el Yuri, es decir, el cómic donde se muestran historias de amor entre dos personajes femeninos. Y aunque los cómics lésbicos de corte sexual (usualmente narrados desde una perspectiva masculina y para un disfrute mayormente masculino) no nos son ajenos en occidente, el Yuri nos ofrece un nuevo punto de vista que no se centra en el acto sexual, aunque bien puede existir y mostrarse, sino en las relaciones entre los personajes y la evolución de su relación.
Shiroi Heya no Futari, que podríamos traducir como Nuestra habitación blanca, fue el primer manga Yuri, y aunque fue publicado en 1971 su influencia llega hasta nuestros días.
El Yuri, lejos de beber de la pornografía, lo hace de la literatura lésbica japonesa de comienzos del XX. Una literatura hecha por mujeres, cuya pionera sería Nobuko Yoshiya (1896-1973). Curiosamente la tradicional sociedad japonesa consintió sus novelas e incluso las consideró adecuadas para las jóvenes lectoras, pues las relaciones que se describían eran platónicas, y los sectores más conservadores quisieron ver en ellas amistades intensas, no amores prohibidos. A comienzo de los años 70, cuando sólo hacía un par de años que las mujeres habían comenzado a dibujar y guionizar sus propios mangas (hasta aquel entonces, las historias para chicas, los Shojo, se consideraban un género menor, trampolín por el que tenían que pasar muchos autores masculinos antes de dedicarse al cómic para chicos, llamados Shonen), la autora Ryoko Yamagishi publicó Nuestra habitación blanca, la historia de dos compañeras de cuarto en un Instituto que comienzan por odiarse, pero que según se van conociendo acabarán por enamorarse. La historia muestra no una relación idílica, sino la lucha de los dos personajes principales por afrontar su sexualidad y los cotilleos que hay entorno a ellas. La relación acaba mal, y una de ellas abandona el Instituto mientras que la otra se saca un novio, pero es incapaz de vivir la vida que los demás le han destinado y acaba suicidándose. La historia tuvo un fuerte impacto, en tanto que mostró un tema hasta entonces tabú: la homosexualidad femenina (sí que se había hablado en alguna ocasión de travestismo y transexualidad, como en La princesa caballero de Osamu Tezuka).
Berusaiyu no Bara, llamada en unas ocasiones La rosa de Versalles y en otras Lady Oscar, fue publicada semanalmente entre 1972-73, y ha disfrutado de un gran éxito en las televisiones de buena parte del mundo.
Otras historias siguieron explorando el camino abierto, como La rosa de Versalles de Riyoko Ikeda. En este manga se nos cuenta la historia de Oscar, una mujer educada como si de un hombre se tratara en la Francia pre-revolucionaria. La historia trata su conflicto de identidad y su relación con María Antonieta, aunque también con otros hombres. Similar en ciertos puntos a La princesa caballero, Ikeda se atreve a llevar la idea mucho más lejos que Tezuka. Es otra generación y otra época. A partir de los años 90 las historias de mujeres amantes dejaron de estar rodeadas por un halo de tragedia. En Sailor Moon, las guerreras Urano y Neptuno mantenían una relación amorosa, sin que por ello tuviesen un final aciago ni se enfrentaran al rechazo de nadie (hubo grupos cristianos extremistas que criticaron la serie, pero bueno, lo que un extremista no critique…). Otros aspectos persistían, no obstante, como el hecho de que uno de los personajes solía estar más masculinizado y el otro más feminizado. Pero los cambios no han cesado, y desde hace una década las historias Yuri se han ido desprendiendo de muchos de los estereotipos que habitualmente las envolvían, mostrando también a mujeres femeninas, que pueden amarse sin necesidad de que una de ellas juegue el papel de “macho”. El atractivo de estas historias reside en que no existe un elemento dominante y otro sumiso en la relación, sino que están construidas en pie de igualdad. La intensidad de la relación vairará según el interés del autor o autora, y mientras que historias como Voiceful de Nawoko se centran en elementos platónicos, en otras como Hatsukoi Shimai de Mako Komao, Reine Hibiki y Mizuo Shinonome, se nos cuenta una historia de amor abierta.
Bajo la rosa de Kita Konno, una historia corta de amor secreto entre dos estudiantes. La historia carece de sexo, pero está cargada de sensualidad. Fue publicada en la extinta revista Yuri Shimai en 2003.
La popularidad de estas historias va en aumento. De un tiempo a esta parte han sido publicadas en revistas propias, aunque hay que reconocer que no puede compararse a las revistas Shonen y Shojo tradicionales. Yuri Shimai, el primer intento, fue una publicación cuatrimestral que apenas duró año y medio. Un segundo intento, Comic Yuri Hime, ha tenido más éxito y lleva ya cuatro años en el mercado japonés, centrándose mayormente en un público femenino; su contrapartida, Comic Yuri Hime S, lleva ya casi dos años contando historias enfocadas a un público masculino. Sin embargo, las fronteras entre masculino y femeninos son muy débiles, por lo que no hay que extrañar que en ocasiones haya hasta un 30% de lectores en las historias para chicas y a la inversa. EE.UU. y Europa han comenzado ha recibir de buena gana este tipo de historias, y ya pueden encontrarse en las librerías de cómic. Ni un éxito absoluto ni un escándalo tremendo, simplemente historias de amor y desamor bien contadas, que es lo que importa. 2009-03-30 12:36 | 8 Comentarios Referencias (TrackBacks)URL de trackback de esta historia http://gadesnoctem.blogalia.com//trackbacks/62507
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