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¡YO LE QUEMO EL COCHE Y LA CASA!

Algunas veces tengo ganas de pisarle la cabeza a alguna gente, así como les cuento, de puro idiotas que son. Y es que alguna gente parece empeñada en hacer las cosas por las malas y a lo bestia, cuando por las buenas y con paciencia resulta mejor.

Esto viene a cuento del Master que ando haciendo. Se nos pide que, para culminarlo, entreguemos un trabajo de investigación (alrededor de un centenar de páginas) que debe de dirigirnos y aprobarnos un profesor de la universidad de Cádiz o de Huelva.

Me viene hoy un compañero, al que para proteger su identidad llamaremos Capullo y apellidaremos Genérico, a hacerme algunas preguntas sobre dicho trabajo. Como soy el becario del Master y ya hice una tesina, estoy un poco más enterado y es normal que la gente me pregunte.

“Jose, me había pensado yo en que me dirigiera un colega mío, que profe en la Uni de Sevilla, que no me va a poner ni pegas ni ná, y yo hago lo que me da la gana.”

“Creo que eso no se puede hacer, Capullo. Nos tiene que dirigir un profesor de Cádiz o Huelva (que son las universidades que hacen el Master), y además el trabajo lo corrige una comisión de profesores en la que no puede participar tu director, por lo que si te deja pasar muchas cosas irá en tu contra.”

“Bueno, pues me cojo a un profesor de Cádiz, le digo me dirija, no le hago caso en nada y le cuelo el trabajo que he hecho con mi colega.”

““Hombre, Capullo, el profesor puede enfadarse si hacer eso. Recuerda que si no da su visto bueno, no te aceptan el trabajo de investigación.”
Y el bueno de Genérico me miró como si le hubiese sacado una carta de la manga, clavado un cuchillo por la espalda, desvirgado a su inocente hermana.
“¡A mi me hacen eso y yo le quemo al hijoputa del profesor el coche y la casa…! ¡Se entera de quién soy yo! ¡Ningún fascista me va a someter!”
“Pero hombre, fascismo no. Es que tiene que dar el visto bueno. Tú explícale las cosas como son: que tu amigo te ayuda y la co-dirige.”
“¡No, es que no! ¡Yo no entro en el juego de estos progres cabrones que en verdad son unos nazis hijosputa.”
Y dando un portazo se marchó. Cabreado porque no le dejábamos hacer trampas. Qué injusto es el mundo.

2009-02-10 08:54 | 6 Comentarios

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Comentarios

1

De: Skullpirates Fecha: 2009-02-10 10:41

¡Ey, eso se llama postus interruptus o qué!

2

De: Pyong Fecha: 2009-02-10 10:41

Le falta un cacho no?

3

De: Jose Joaquin Fecha: 2009-02-10 10:56

¡Oh, shit! Esto me pasa por tomar sustancias cuasi-legales mientras escribo...

4

De: David Saltares Fecha: 2009-02-10 13:07

¡Hey que me he quedado con la intriga de cómo termina la anécdota!
No nos puedes dejar a medias jeje.

5

De: Jose Joaquin Fecha: 2009-02-10 14:42

Ya he añadido lo que faltaba... disculpen las molestidas, les juro que no era una pausa para la publicidad...

6

De: AMS Fecha: 2009-02-10 16:19

Joerrrrrrr. CÃ³mo estÃ¡ el patio.