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THE VAMPIRE'S CHRISTMAS

No sabría decir cuando empezaron a gustarme las historias de vampiros. Sí recuerdo ver, siendo muy pequeño, viejas películas de la Hammer y de Bela Lugosi. Me gustaban porque el malo era el protagonista, y a diferencia de lo que pasaba en los dibujitos, ni era tonto ni era un buenazo. Además, los vampiros no tenían historias de amor (cuando eres un niño, las historias de amor te hacen sonrojar un poco, tal vez porque ves con objetividad las tonterías tan grandes que dicen y hacen los tortolitos).

A los nueve años mi abuela me empezó a comprar un tebeo llamado Drácula, la edición española de The Tomb of Dracula, con estupendos guiones de Marv Wolfman y espectaculares dibujos de Gene Colan y Tom Palmer. El vampiro era más protagonista que nunca, y eso me encantaba.

Seguí viendo películas de vampiros y leyendo tebeos en los que apareciesen, aunque cada vez con mayor desencanto. No entendía por qué aquellas pintas tan raras, con esas ropas decimonónicas que, nada más verlas, decías: “¡Debe de ser un vampiro!” Debió de ser a los 15 años que vi Entrevista con un vampiro, y descubrí que aquel género podía dar mucho más que chupasangres transilvanos. Una pena que luego la novedad se volviera tópico, y que los vampiros románticos de sexualidad difusa acabasen por ser tan sobreexplotados como unas décadas antes lo fueron los condes transilvanos.

Lo cierto es que, para ser un aficionado de los vampiros, soy bastante crítico con los cómics, novelas y películas que se producen. He leído la mayoría de las grandes obras que se han producido sobre ellos, así que me aburro tremendamente al ver cómo autores menores, o simplemente oportunistas, plagian una y otra vez los mismos conceptos.

Una de las razones para comentarles A Christmas Vampire es justamente esa, su habilidad para sorprenderme, para contar una historia entretenida, original, con personajes crueles y al mismo tiempo un poco triste.

El protagonista, Esque, es un vampiro que vive en el metro de New York. Sediento de sangre, sale al mundo exterior en navidades, con el deseo de cazar a alguna víctima. Aunque se integra perfectamente entre la multitud, pues no es un vampiro decimonónico, tampoco es el vampiro popular y guaperas que las fantasías góticas han creado. Esque es un asesino, pero no porque sea cruel, sino simplemente porque tiene hambre.

La aventura de Esque es mayormente una historia de humor negro. Su recorrido por los centros comerciales buscando víctimas, sin comprender realmente el consumismo, su encuentro con un pedófilo, con una gótica que se enamora de él… todo su recorrido nos lo cuentan sus pensamientos, mediante un texto en off dinámico, divertido, que revela lo justo para que entendamos al personaje pero no lo suficiente como para conocerle realmente bien. Es, por así decirlo, un primer encuentro. Para conocerle mejor, basta con que leamos esa otra magnífica (y bellísimamente dibujada) historia que acaba de terminar de publicar Image Comics: Dark Ivory.

2008-11-09 12:54 | 0 Comentarios