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UNA ENTREVISTA (ALGO VIOLENTA) CON ALLEN BELLMAN

Poco después de acabar mi tesina sobre los cómics de la editorial Timely (posteriormente conocida como Marvel) durante la Segunda Guerra Mundial, encontré el correo electrónico de Allen Bellman, un antiguo dibujante de Timely que ejerció desde principios de los 40 hasta mediados de los 50.

Aunque fue muy amable y atento, lo cierto es que la correspondencia con Bellman fue bastante breve, apenas media docena de mails. Su clara irritación por algunos temas que saqué (principalmente al hablar de judíos y afroamericanos) y el hecho de que su hijo estaba hospitalizado en otro estado impidió que sacase información nueva, y casi todo lo que me comentó ya lo tenía registrado de anteriores entrevistas. También reconozco que su patriotismo se me enconó bastante, y hacia el final hice lo que no se debe hacer en las entrevistas: meterse a trapo. Todo el mundo que hace entrevistas para sus tesinas me cuentan que siempre les van perfectas, y voy yo y la primera que hago casi mato al pobre hombre de un infarto…

De todas formas, me parece que la entrevista es interesante, y refleja muy bien una mentalidad que no pertenece ni a nuestra generación ni a nuestra geografía.

 

Allen Bellman

 Un joven Allen Bellman en su mesa de trabajo (alrededor de 1943).

 

Jose Joaquín: ¿Qué recuerdos tienes de la América de los años 30?

Allen Bellman: Eran los años de la Depresión, y las cosas repuntaron hasta el ataque a Pearl Harbour.

J.J.: La guerra siempre es buena para la economía…

A.B.: En aquella ocasión, sin lugar a dudas. La gente comenzó a trabajar en las fábricas de armamento, eso quienes no fueron reclutados. Yo mismo estuve en el ejército, pero eso fue hacia el final de la guerra. Antes estuve trabajando para Timely.

J.J.: Eso fue en los 40, ¿no recuerdas nada de los 30?

A.B.: Era muy joven, no recordaba que las cosas hubiesen sido diferentes alguna vez. Crecí con la Depresión, pero no es tan malo como puedas pensar: mi padre tenía una panadería, así que nunca llegamos a pasar hambre. No todo el mundo pudo decir lo mismo, desgraciadamente.

J.J.: Suele decirse que la industria del cómic era, en aquellos tiempos, mayormente judía. Simon, Kirby, Eisner, Shuster, Siegel, Lee… todos eran judíos. ¿Era más fácil entrar en el negocio siendo judío?

A.B.: Yo tan solo respondí un anuncio en la prensa. Pedían alguien para colaborar en la editorial, mayormente para hacer fondos. Me dieron una página de prueba, les gustó lo que hice, y me quedé a trabajar allí.

J.J.: ¿Qué edad tenías cuando empezaste?

A.B.: Muy joven, aún no había cumplido los 18.

J.J.: ¿Pagaban bien?

A.B.: ¡Bastante! Calcula que un cabeza de familia podía ganar entre 35 y 45 dólares semanales. No era un mal sueldo, ya que permitía alimentar a una familia. Pues bien, yo llegué a cobrar 75 dólares semanales… ¡un salario más que envidiable!

J.J.: ¿Todos los artistas ganaban lo mismo?

A.B.: Dependía de muchas cosas. Al principio no se pagaba mucho, pero la industria era joven, estaba creciendo, y los sueldos rápidamente comenzaron a crecer. Aún así, todo dependía de lo rápido que fueras y de la calidad del dibujo. Había quien trabajaba para las editoriales, y otros hacían de negros para autores famosos que no daban abasto. Una vez me dijeron que el creador de Batman [Bob Kane] pagaba a sus artistas 3 dólares por página, que luego vendía a la editorial [DC] como propia, ganando mucho más.

J.J.: ¿Cuánto cobrabas tú por una página?

A.B.: Solía cobrar 35 dólares por dibujar una historia completa [8 páginas]. Aparte, la editorial me compraba todo el trabajo que hiciera en casa, en mi tiempo libre. Si me encargaba del guión y del dibujo, me pagaban 9 dólares por página.

J.J.: ¿Había mucha diferencia entre lo que pagaba Timely y otras editoriales?

A.B.: Lo cierto es que siempre trabajé para Timely, así que no sé cuanto pagaba la competencia. Tengo entendido que había editoriales que pagaban menos, pero no sabría decirte cuales ni cuanto.

J.J.: Vamos, que no te quejabas…

A.B.: ¡Claro que me quejo! ¡Hoy día hay dibujantes que han hecho millones! Las cosas son muy distintas, claro, y no puedes comparar. Yo recibía un trato justo, me gané la vida honradamente, y además aún hoy me recuerdan.

J.J.: Sí, he visto que este año estás invitado a varias convenciones.

A.B.: Sí, e incluso he ganado un par de premios, uno de ellos en la convención de San Diego. Nunca pensé que la gente se pudiese interesar por cómics de aquellos años, y sin embargo ya ves.

 

Allen Bellman premiado

 Bellman sostiene su premio por su trabajo como entintador.

 

J.J.: He leído en otras entrevistas que hablabas sobre las chicas que trabajaban en las oficinas de Timely…

A.B.: ¡Las pobres! Los compañeros eran muy rudos con ellas, les hacían insinuaciones y las asustaban. Todos éramos muy jóvenes, y no estábamos acostumbrados a tener chicas alrededor en las oficinas.

J.J.: ¿Tú también las asustabas?

A.B.: No, yo permanecía al margen. No me parecía correcto las cosas que les decían.

J.J.: Lo que quería preguntarte era si, además de mujeres, también había afroamericanos dibujando para Timely. Muchos puestos de trabajo fueron ocupados por mujeres y afroamericanos cuando la gente empezó a ir al frente. Sin embargo, muy pocas editoriales contrataron dibujantes negros.

A.B.: Jose, debes entender que aunque a mucha gente no le guste mi país, hay muchos más que arriesgan su vida para poder vivir en él.

J.J.: Sí, en Europa también estamos viviendo el drama de la emigración. Pero lo que quería saber era si hubo dibujantes afroamericanos.

A.B.: Posiblemente no seamos perfectos, pero siempre hemos estado ahí para ayudar a quienes lo necesitaban y luchar contra quienes oprimen a los débiles.

J.J.: No les vi por España en 1936 ni en 1945.

A.B.: Perdona, no quería echarte un sermón.

J.J.: No, tranquilo. Supongo que vemos el mundo de forma diferente, hemos nacido en sitios diferentes y en épocas muy distintas.

A.B.: Por eso no me gusta hablar ni de Política ni de Religión, siempre acabamos peleando. Pero deja que te diga una cosa: hasta hace poco tuve un médico latino: Dr. Jose De La Pena. Dejó su consulta y ahora es militar… ¡Los pacientes fuimos los primeros sorprendidos! Eso es lo grande mi país.

J.J.: ¿Qué acepta soldados latinos?

A.B.: Jose, ni tú ni yo podemos cambiar el mundo.

2008-08-30 00:06 | 1 Comentarios


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Comentarios

1
De: Toni Fecha: 2008-08-30 10:54

Leer una entrevista cualquiera en un diario cualquiera: 1 euro, perder el tiempo escuchando las noticias de la tele y con lo caro que viene el recibo de la luz:1 euro, hacer una página de cómic en los años 40: 9 dólares... Pero poder leer como una persona utiliza su memoria selectiva, y más siendo EEunidense, para escaquearse de preguntas incómodas no tiene precio!





  

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