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DESPIDIENDO A STEVE GERBER

Howard el Pato, de Steve Gerber Supongo que muchos de los que leen esta página no tienen ni idea de quién es Steve Gerber, ni les importará especialmente su prematura muerte.

Tampoco yo tenía demasiada simpatía por este guionista estadounidense, alabado por los lectores de los años 70, y que a mí me dejaba realmente frío. Sus historias y personajes, lamento decirlo, me dejaban frío y no me hacían gracia; sus argumentos me parecían simples y trillados, faltos de imaginación.

No es que él fuese un mal guionista, es que yo lo descubrí tarde. Porque sus innovaciones, sus mejores historias y sus mejores conceptos, habían sido tomadas prestadas una y mil veces por uno y mil artistas. No es que Gerber tuviera poca imaginación… ¡es que sus historias habían sido copiadas y homenajeadas tantas veces que ya las conocía, aún sin haberle leído!

Steve Gerber fue polémico, contestatario, relevo generacional, guerrero a favor de los derechos de los autores en una época en la que los artistas de las viñetas eran considerados artesanos. Y me da coraje haberle conocido ahora, cuando Mark Evanier ha escrito un largo epitafio en su honor, cuando el historiador Tom Spurgeon ha hecho un largo repaso a su carrera creativa.

Uno se pregunta, ¿cuántos artistas no se morirán y ni nos enteramos? ¿Cuántos desaparecen y dejan tras de sí una obra que posiblemente nos encantaría leer, oís o ver, si supiéramos que existe? Me apunto el aviso, tal vez no sea demasiado tarde para disfrutar de las páginas escritas por Gerber.

2008-02-14 00:15 | 0 Comentarios