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MEDICINA ALTERNATIVA

Mi prima pequeña es un diablillo de cinco años, charlatana como ella sola, capaz de poner una casa patas arriba antes de que te des cuenta.

Cada vez que viene a mi casa, corre como loca hacia mi cuarto, su habitación preferida, ya que está todo lleno de libros y de cómics. Se pone a mirar los dibujos, las coloridas portadas, los tamaños y el grosor, y agarra uno al azar y me dice:

“Léeme algo.”

Yo miro el libro, que puede ser… pues imagínense, “La propaganda Nazi durante la guerra” o “La caza de brujas durante la guerra fría”, lo abro por una página al azar y me invento un cuento, qué remedio, al menos así se queda tranquila quince o veinte minutos.

A base de tanto contarle cuentos, pues claro, mi prima cada vez que me ve se vuelve loca, y empieza a contarme todo lo que ha hecho últimamente. Pero como todavía es muy pequeña, pues se confunde muchas veces al usar las palabras. El otro día, por ejemplo, se leyó una película después de salir de la universidad. Un día había ido a cazar pescados en una piscina de la playa. Así continuamente, por lo que suele ser bastante refrescante y surrealista hablar con ella.

La última anécdota que me ha pasado con sus confusiones tuvo lugar este fin de semana. Estábamos todos los primos, los tíos y los abuelos reunidos para celebrar el cumpleaños de mi primita, y la madre, mi tía, nos contó:

“Hemos estado a punto de no celebrar el cumpleaños, porque la niña estaba malísima, con un catarrazo que no veas, y eso que estamos en verano…”

Y mi primita, en ese momento, salta y decide contar su propia versión:

“Mamá me curó dándome jarabe de polla.”

En ese momento se hizo un silencio tremendo. Todos mis familiares se miraron con los ojos muy abiertos, asombrados por los avances de la medicina alternativa. Menos mal que mi tía entiende los deslices léxicos de la pequeña, y rápidamente corrigió:

“Caldo de pollo, niña, lo que te tomaste fue caldo de pollo.”

Y una risa nerviosa recorrió la estancia. Al rato, con ayuda de la tarta, todos habían olvidado ya que, durante unos segundos, las medicinas fueron más amargas (o dulces) que de costumbre.

2007-07-23 12:25 | 5 Comentarios

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Comentarios

1

De: Jose Mangel Fecha: 2007-07-23 15:07

BWHAHAHAHAHAHAHAHAHAHHAHAHAH

2

De: HELLFIRE Fecha: 2007-07-23 15:58

Es lo que tienen los niños , te ries una jarta con todos ellos.
Pero seguro que me rio mas viendo la cara de toda tu familia cuando dijo eso XDDD

3

De: Kitty Fecha: 2007-07-23 16:25

XD los niños pequeños son lo mejor.
A lo largo de mi no muy larga vida, me han marginado por varias cosas: por ser una niña, por ser pequeña,...pues bien, el otro día estaba con mis primos pequeños y me puse a jugar con ellos, pero el más chico me echó porque yo era de los mayores y como tal, tenía que estar comiendo en la mesa.
21 de julio de 2007, el día que perdí mi dignidad: 17 años, y mi madre cogiéndome de la mano y regateando con su sobrino de 2 años a ver qué podía hacer para que me dejara coger la dichosa pelota. Cosas de psicólogos, vete tú a saber.
Yo lo que quiero es un sobrino, pero por mi casa no están muy por la labor... =P

4

De: Jose Joaquin Fecha: 2007-07-23 17:19

Es el drama de la adolescencia: demasiado mayor para ser una niña y demasiado chica para ser una adulta.

Luego se quejan de que tengamos complejo de Peter Punk.

5

De: Benito Fecha: 2007-07-23 20:19

Habría sido mucho más duro si la niña huniera dicho "Papá" en lugar de "Mamá". Ahí sí que habría sido más difícil justificar el error de la nena. Alguno no se lo habría creído.